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Chirac le critica ante el resto de los líderes por regularizar a miles de extranjeros

Zapatero propone cambiar las reglas de asilo de la ley del mar

Sostiene que el derecho marítimo actual complica la repatriación de los inmigrantes

Putin saluda momentos antes de realizar la foto de familia

Publicado por
Juan Oliver - enviado especial | lahti
León

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, propuso ayer a los líderes de la Unión Europea modificar las leyes marítimas internacionales para combatir la inmigra-ción irregular y evitar que las obligaciones de rescate y asistencia a los náufragos impidan o dificulten la re-patriación de quienes son auxiliados mientras cruzan ilegalmente las fronteras marítimas europeas. Zapatero fue el encargado de abrir el debate sobre la inmigración que se celebró durante la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que se celebró en la ciudad finlandesa de Lahti, y en la que España obtuvo cierto respaldo a su pretensión de que la Unión adopte estrategias comunes para afrontar la llegada masiva de extranjeros. Entre ellas, el Gobierno quiere cambiar la legislación marítima internacional, que en la actualidad obliga a socorrer y trasladar a los náufragos al puerto más cer-cano e impide devolverlos a otro país que no sea el de la bandera del barco en el que viajaban. «Debemos estudiar si podemos cambiar eso para mejorar tanto las exigencias de asistencia humanitaria como el con-trol de las fronteras», dijo Zapatero, sin detallar la forma jurídica que debería adoptar la reforma. Normas Fuentes cercanas a la negociación explicaron que la idea es que los extranjeros interceptados mientras tra-tan de llegar irregularmente a la UE «no sean tratados como náufragos, sino como inmigrantes ilegales», para que se les puedan aplicar las mismas medidas de repatriación que a quienes acceden por vía aérea o terrestre. La Convención de Naciones Unidas sobre Derecho del Mar y las normas de la Organización Marítima Internacional ya reconocen la facultad de cualquier país para adoptar medidas con-tra los buques que amparen actividades contrarias a sus normas fiscales, sanitarias o migratorias. Y la UE no tiene capacidad para modificar por sí sola esas normas, pero España pretende que Europa «lidere» esa reivindicación. De momento, los Veinticinco han acordado encargar a la Comisión una comunicación que incluirá otras propuestas españolas, como instalar en los países del África subsahariana oficinas de información para disuadir en origen a los potenciales inmigrantes ilegales, o adoptar normas comunes contra el problema social y económico que plantean los menores inmigrantes. España salió airosa de la cumbre el mismo día en que anunció que ha devuelto a sus países a más de 76.000 irregulares en lo que va de año, pero las mismas razones que llevaron a Zapatero a definir la inmigración como un problema de todos sus socios sirvieron también para dar argumen-tos a los más críticos con su Gobierno. El jefe del Ejecutivo español tuvo que escuchar del presidente francés, Jacques Chirac, duras palabras contra la regularización de extranjeros que se llevó a cabo en España. «Todos sufrimos las consecuencias de esas medidas», dijo Chirac, respaldando expresamente a su ministro de Interior, Nicolás Sarkozy, quien ya había acusado a España de provocar un intolerable «efecto llamada» en los países africanos. Rusia no firma el acuerdo Por lo que se refiere al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, eludió ayer comprometer a su país en ningún acuerdo global sobre energía con la Unión Europea, aunque se ofreció a negociar las contrapartidas que pretende obtener a cambio de garantizarle un suministro de gas y petróleo estable, continuado y a un precio considerado razonable. «Las raíces de un posible acuerdo están ahí, pero algunas propuestas deben ser modificadas», dijo Putin en referencia a la Carta de la Energía, un documento firmado en la década de los noventa.