Bagdad no cree que la presencia militar extranjera aumente la violencia
Blair prometea Irak que sus tropas no abandonarán el país
El viceprimer ministro Saleh afirma que en breve mandarán en siete provincias
El primer ministro británi-co, Tony Blair, prometió ayer al viceprimer ministro iraquí, Barham Saleh, que no perderá los nervios y que mantendrá las tropas británicas en Irak junto a las norteamericanas hasta cumplir con sus objetivos. Por su parte, Saleh reconoció que Bagdad aún tiene que demos-trar que puede asumir la segu-ridad del país. El problema al que hacen fren-te Londres y Washington, con Irak como telón de fondo, es el de su demostrada incapacidad para vender una estrategia en el país árabe. Como señaló ayer un analista político de la BBC, «el problema de Blair es la escasa claridad sobre cuáles son los objetivos que han de cumplir los aliados en Irak, y en cualquier caso, Blair no es quien tiene que definirlos, sino Washington». La reunión que mantuvo ayer Saleh con Blair en el 10 de Dow-ning Street tenía como objetivo obtener de Londres la confir-mación de que mantendrá las tropas en Irak tras los brotes de protesta en las filas militares y políticas del Reino Unido. En especial, han causado preocupación en Bagdad las declaraciones del jefe de las Fuerzas Armadas británicas, el general Richard Dannatt, quien indicó hace unos días que le pa-recía incorrecto continuar en Irak, ya que la presencia de las tropas extranjeras incrementa los problemas de violencia. Si a esto se unen las palabras de Kim Howells, un alto cargo de Exteriores, quien dejó entrever la posibilidad de que ante una retirada en un año, es com-prensible el temor de Bagdad sobre el papel de Londres en un futuro a corto plazo. Si bien Saleh puntualizó que «son los iraquíes quienes deben de ser responsables de su segu-ridad», a renglón seguido agre-gó que «a finales de este año, las fuerzas iraquíes podrán tener el control de siete u ocho de las 18 provincias, y el año que viene -sin especificar cuándo-, la mayoría de ellas». La ministra de Exteriores británica, Margaret Beckett, apuntó después que su Gobier-no no va a precipitarse en fijar una fecha límite a la presencia militar británica en Irak (unos 7.000 soldados), y añadió que los militares se irán cuando el Gobierno iraquí pueda valerse por sí solo. Toque de queda Sin embargo, la oposición británica exige cada día con más fuerza un debate en los Comunes sobre la retirada de Irak. Ayer lo hizo el líder social-demócrata Menzies Campbell: «Ha llegado el momento de que sea el Parlamento el que diga si debemos o no continuar en Irak». Ese debate en Londres y Washington sobre la presencia en Irak se enturbió más por la confirmación de la muerte de otros seis soldados norteameri-canos durante el fin de semana, lo que eleva la cifra de muertos en lo que va de mes a 86. Las autoridades de la ciudad de Al Amara impusieron ayer el toque de queda para evitar nuevos enfrentamientos, pues la semana pasada murieron 30 personas en choques entre las fuerzas de seguridad y milicia-nos del Ejército del Mahdi. Por otro lado, la cadena norteamericana CBS News informó de que unos 500 millones de euros han sido robados del Ministerio de Defensa iraquí con anterioridad a las elecciones del 2005. El dinero procedía de una partida cuyo objetivo era la lucha contra la insurgencia.