Diario de León

Las legislativas se han convertido en un referéndum sobre la situación de la guerra en Irak

Bush pierde, a cuatro días de los comicios, el control del Congreso

Los republicanos no logran situar en el frente electoral la buena marcha de la economía El soldado

Los demócratas tienen asegurado el escaño al Senado por Nueva Jersey con el hispano Menéndez

Los demócratas tienen asegurado el escaño al Senado por Nueva Jersey con el hispano Menéndez

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Óscar Santamaría - corresponsal | nueva york
León

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La campana electoral a las legislativas en Estados Unidos entro ayer en su recta final, con un George W. Bush dedicado casi en exclusiva en recorrer el país para intentar que el control del Congreso caiga en manos de los democratas, como auguran distintos sondeos. Ese cambio de poder supondría una pesadilla para Bush, que vería muy limitada su capacidad para gobernar y afrontaría una presion creciente para retirar las tropas de Irak. A pesar de su caracter local, las legislativas del día 7 se han convertido en un referéndum sobre la guerra en Irak, pese a los intentos de Bush de desviar la atencion de los ciudadanos. Las encuestas demuestran que ese es el principal dolor de cabeza de los estadounidenses, cansados de ver cada noche en los telediarios como aumentan la cifra de soldados muertos en el país árabe (ya cerca de los 3.000), sin atisbar el principio del fin. Otros grandes temas como la marcha de la economía o la inmigración ilegal han pasado a un segundo plano. Los demócratas, artifices de esta estrategia, se frontan las manos ante la cada vez más cercana posibilidad -según la gran mayoria de las encuestas- de arrebatar a los conservadores el control de alguna o de las dos cámaras del Congreso, donde el partido de Bush reina desde 1994. Credibilidad Lo que esta en juego el proximo martes es la credibilidad. Y eso pasa inevitablemente por Irak. Ello, a pesar de que la economía no ha estado tan bien desde hace tiempo. Los precios de la gasolina han caído en los últimos meses, el desempleo esta en su nivel mas bajo de los últimos cinco anos y el Dow Jones, índice principal de Wall Street, ha vuelto a sus gloriosos días de finales de los 90. «No hay duda de que una fuerte economia va a ayudar a nuestros candidatos», dijo un confiado Bush hace unos días, advirtiendo de que si los demócratas toman el control del Capitolio subirán los impuestos casi de forma automática. No obstante, a pesar de sus esfuerzos por situar a la economía en el frente electoral, los republicanos no logran que su mensaje llegue con la efectividad que lo hacían. «No me acuerdo de ninguna otra eleccion de este tipo en la que la economia estuviera tan bien y las previsiones para el partido en el poder fueran tan malas», dice Frank Luntz, estratega republicano. La frustración por la situación en Irak hace que el ciudadano medio se pregunte hacia dónde va el país, resquebrajándose la confianza en la actual Administración sobre su capacidad para manejar otros asuntos. Ademas, otro dato que parecen ignorar los conservadores, es que ese ciudadano medio tampoco ha notado una sustancial mejoria en su bolsillo por las subidas en los seguros médicos y el estancamiento de los salarios. En este escenario, y como anade Luntz, la opinión pública esta tan desencantada que empieza a culpar a los republicanos de lo que va mal y no les reconoce como mérito propio ni siquiera aquello que va bien. De hecho, el 51% de los estadounidenses creen que los democratas manejarian mejor la economía frente al 36% que apuesta por los conservadores, la diferencia más amplia desde 1984.

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