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Madre, abuela e izquierdista

Conocida por su aversión a Bush y a la guerra de Irak, la líder demócrata es el estandarte del ala más liberal del partido, defensora del aborto, los gais y la investigación con células madre

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Tatiana López - corresponsal | washington
León

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«Él me ha llamado presidenta, y yo le he llamado presidente». Con esta frase se vengaba el pasado miércoles la congresista Nancy Pelosi del que ha sido su peor enemigo durante toda la campaña electoral al Con-greso: George W Bush. La demócrata, que pasará a la historia como la primera mujer a cargo de la Cámara de Representantes, hacía comerse sus palabras al líder de los republicanos quien en un acto en Arkansas se refirió a ella como «esa que cree que va a ser presidenta y no lo va a conseguir». A sus 66 años, 20 de ellos dedicados a la política, la carrera de esta mujer, hija de un alcalde y una activista feminista, ha estado marcada por su posturas en contra de la Administración Bush. «Incompetente», «soberbio» y «obviamente peligroso», son sólo algunos de los calificativos que esta «madre y abuela», como ella se define, ha dirigido a su presidente. Pero sin duda las críticas más duras llegaron con la guerra de Irak, y en la que Pelosi fue una de las pocas que votó en contra de la invasión en el 2003. Considerada un «peso pesado» entre los demócratas, aseguran los analistas que ha sido su «cerebro» el artífice del éxito de su partido en las últimas elecciones. En una estrategia arriesgada, la política supo convertir en un referéndum nacional lo que, en principio, eran unas elecciones locales. Una liberal millonaria Antes de saborear las mieles del Capitolio, y situarse como la segunda persona en la línea de la sucesión presidencial, sólo por debajo del presidente Dick Cheney, Pelosi crió a cinco hijos, se casó con un millonario, su actual marido Paul Pelosi, y contribuyó a convertir a San Francisco, donde ejerció como congresista desde 1987, en la ciudad más «moderna» de Estados Unidos. Firme defensora del aborto, la investigación con células madres y el matrimonio homosexual, su última cruzada pretende asegurar la atención médica gratuita a todos los bebes del país. Son precisamente estas ideas «liberales» las que casi le cuestan el puesto cuando fue nominada líder de la minoría en el Congreso. Ahora, y como estandarte del sector «izquierdista» de su partido, muchos ven en su figura el contrapunto a Hillary Clinton. En realidad, Pelosi sueña con hacer historia desde que su partido la nombrase líder de la formación en la Cámara Baja en 2002, cuando su predecesor Dick Gephardt dimitió para aspirar a las presidenciales. Junto con los congresistas Emanuel y Shumers, de Illinois y Nueva York respectivamente, Pelosi ideó la estrategia que ha permitido a su partido lograr no sólo los 15 asientos que necesitaba para alcanzar la mayoría sino casi doblarlos.