Polonia y Chipre condicionan las negociaciones de la UE con Rusia y Turquía

Polonia ha decidido plantar cara a Rusia, tomando como rehén la negociación de un nuevo acuerdo de asociación de la UE con Moscú, que debería comenzar el próximo 24 de este mes en Helsinki. Ayer lunes, durante un consejo de ministros de Asuntos Exteriores, la jefa de la diplomacia polaca, Anna Fotyga, anunció el veto de su país al proyecto de mandato negociador con Moscú, hasta que las autoridades moscovitas no den «una señal política clara» sobre la aceptación de las demandas formuladas por Polonia en materia energética. Lo que Varsovia quiere es que Rusia suscriba la Carta Europea de la Energía y el protocolo de tránsito, así como que levante el embargo comercial impuesto en noviembre de 2005 a las exportaciones polacas de carne y productos agrícolas. Otro socio comunitario, Chipre, recién llegado como Polonia y, además, pequeño, condiciona también un proyecto de política exterior de la UE de gran trascendencia: las negociaciones de adhesión con Turquía. El Consejo, intento despejar las suspicacias de Nicosia sobre la actitud de Ankara a su respecto, que se niega a un reconocimiento directo de la república isleña. La presidencia finlandesa negocia con las autoridades turcas sobre una oferta, aún no oficial, que comprende la aplicación del Protocolo de Unión Aduanera a los 10 nuevos socios (Chipre incluido), la apertura de puertos y aeropuertos turcos (o al menos algunos de ellos) a buques y aeronaves chipriotas, el establecimiento de comercio bilateral entre las dos partes .