Las fabrica EE.UU., que aporta ayudas a Tel Aviv por adquirirlas
Israel utilizó en Líbano bombas anticuadas buscando «ahorrar»
La ONU denuncia que 1,5 millones de explosivos de fragmentación no han explotado aún «Hay que ampliar la ofensiva»
El Ejército israelí lanzó en el Líbano el pasado verano bombas de racimo anticuadas de fabricación estadounidense para abaratar costes y a pesar de poseer otro tipo de este proyectil que no hubiera dejado miles de explosivos sin detonar, informó ayer el diario hebreo Haaretz. Los militares emplearon las bombas estadounidenses, y no las de fabricación israelí, que al parecer apenas dejan munición sin hacer explosión, ya que recibe ayudas de Washington por su adquisición. «Se trata puramente de una consideración presupuestaria», afirmó un fuente del Departa-mento de Defensa israelí. Durante la guerra del Líbano, que duró poco más de un mes, el Ejército hebreo lanzó miles de bombas de racimo por medio de cohetes y piezas de artillería. Cada proyectil contiene varios cientos de explosivos que se esparcen por un área de cientos de metros cuadrados, pero muchas no estallan en el momento del impacto. La ONU ha acusado a Israel de haber disparado más de cuatro millones de bombas de fragmentación en ese país, de las que cerca de un 40% no explotaron, lo que constituye uno de los principales riesgo para la población. Desde el alto el fuego el pasado 14 de agosto, más de veinte libaneses han muerto a causa de la detonación accidental de esas municiones y otras 120 han resultado heridas, según el Comité Internacional de la Cruz Roja. El coordinador humanitario de las Naciones Unidas, Jan Egeland, exigió hace días a la comunidad internacional que congele el uso de armas de fragmentación, «porque son un peligro para las poblaciones civiles, ya que permanecen en el terreno tiempo después de que el conflicto haya finalizado con el peligro que representa». Texto