El éxito de las primarias socialistas tienta a la derecha para seguir el sistema

En un ambiente de general camaradería, los militantes socialistas acudieron ayer masivamente a las urnas para elegir por primera vez al candidato que les representará en unas elecciones presidenciales. La fórmula de las primarias ha sido tan bien acogida por los franceses que en la derecha ya hay quien quiere imitarlos. Los resultados no serán definitivos y oficiales hasta esta mañana. Y será el jefe de gabinete del secretario general quien los anuncie. François Hollande guardará silencio al menoshasta el sábado, para ahorrarse el trago de proclamar tanto la victoria como una improbable derrota de su compañera y favorita de los sondeos. Ségolène Royal, toda de blanco, votó a media tarde en su circunscripción de Melle, visiblemente cansada, pero tranquila. «Qué es lo que quiero cambiar? La política», sentenció sonriente, acribillada por las cámaras. En Sarcelles, Dominique Strauss-Kahn dijo sentirse «confiado» y «sereno» tras depositar su papeleta, culminando así «una campaña útil». También se dijo «tranquilo» Laurent Fabius tras acudir a su federación de Seine-Maritime. Sólo algunos de sus partidarios usaron las descalificaciones y amenazaron con presentar una impugnación en Montpellier por el cambio de dirección de un centro de votación. Imposible votar en blanco. Ni siquiera lo hizo el ex primer ministro Lionel Jospin, quien confesó acudir a las urnas con el ánimo de provocar una segunda ronda.