Cerrar

Las autoridades establecen el toque de queda en una ciudad que clama venganza

Un atentado antichií viste de luto Bagdad con 152 muertos en sus calles

Se trata del atentado más sangriento desde el final de la guerra en la primavera del 2003

Aspecto que presentaba una zona de tiendas de Sadr City, en Bagdad, donde explotó una de las bombas

Publicado por
colpisa/afp | bagdad

Creado:

Actualizado:

Un atentado antichií causó ayer la muerte a 152 personas e hirió a otras 236 en Bagdad, en lo que es la acción más sangrienta desde el final de la guerra en Irak, en 2003. Para evitar más víctimas durante las protestas contra el atentado perpetrado en el barrio chií de Ciudad Sadr, las autoridades iraquíes decretaron el toque de queda. «Cuatro coches bomba estallaron (...) y una decena de obuses de mortero cayeron sobre el barrio», declaró a la televisión el general Abdel Karim Jalaf, portavoz del ministerio del Interior. Una de las explosiones alcanzó de lleno un mercado en esta zona, poblada por 2,5 millones de personas y habitual blanco de atentados. «Ocho coches bomba entraron en Sadr City; cuatro de ellos estallaron, uno fue interceptado por la policía, que detuvo al conductor, y otros tres no han sido localizados y están siendo buscados por la policía. El ejército cercó el sector», declaró el general. En el lugar de los hechos el panorama era desolador. Los cadáveres yacían sobre charcos de sangre y entre coches en llamas, escombros desparramados y restos de tenderetes derribados de un plumazo por la potencia de la explosión. Los hospitales no daban abasto. El hospital Imam Alí contabilizó 88 muertos y 105 heridos y el centro Sadr otros 55 cadáveres y 120 personas con lesiones de diversa consideración. Los familiares de las víctimas se agolpaban a la puerta de los centros médicos, donde no paraban de llegar cuerpos, a veces calcinados. El personal sanitario del hospital Sadr llegó a estar tan desbordado que atendía a algunos de los heridos en el suelo, según imágenes transmitidas por la televisión iraquí. Se trata del atentado más grave en Irak en lo que va de año y el más sangriento desde el final de la contienda bélica en la primavera de 2003. Sin embargo no es la jornada más mortífera. El 31 de agosto de 2005 casi 1.000 peregrinos chiís que acudían a un mausoleo perdieron la vida en una avalancha humana, después de que se propagara un rumor sobre la presencia de kamikazes entre la muchedumbre. Llamamiento a la calma El primer ministro de Irak, Nuri Al Maliki, instó a sus conciudadanos a mantener la calma. «El horrendo crimen cometido por los baazistas (en alusión a los militantes del Partido Baaz, que monopolizó el poder durante el régimen de Sadam Husein) y de los takfiriyun (islamistas radicales) supone un peligro para la fraternidad musulmana (entre chiíes y suníes)», agregó Maliki. El ayatolá Ali Sistani, la máxima autoridad religiosa chií de Irak, exhortó también a la población a que mantenga la calma en unas circunstancias tan difíciles, según informó el portavoz oficial del gobierno, Ali Dabag.

Cargando contenidos...