Diario de León

Miles de personas convierten el funeral de Gemayel en una demostración de fuerza contra Siria

La ONU participará en la investigación del asesinato del ministro libanés

La oposición cristiana pide la dimisión del presidente Lahud, aliado de Damasco

Los familiares más cercanos de Pierre Gemayel lloran sobre su féretro

Los familiares más cercanos de Pierre Gemayel lloran sobre su féretro

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M. Gallego/Sylvie Groult - nueva york/beirut
León

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La sangre de Pierre Gemayel espoleó ayer la acción del Consejo de Seguridad, habitualmente aletargado por la burocracia internacional. Esta vez el máximo órgano de la ONU aprobó sin dilación proporcionar ayuda técnica a la investigación que busca aclarar el asesinato del ministro libanés anti sirio. La rápida reacción respondía a la petición que el primer ministro libanés, Fuad Siniora, había hecho al secretario general, Kofi Annan, para que la ONU extienda los trabajos de la Comisión Internacional de Investigación Independiente (ICIII) al crimen del carismático político cristiano. La ICIII fue establecida en abril del 2005 para investigar el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, después de que una misión de la ONU determinara que las investigaciones del Gobierno libanés eran seriamente defectuosas y señalase a Siria como el responsable de las tensiones políticas que precedieron a su asesinato en febrero de ese año. Desde entonces el Consejo de Seguridad ha autorizado que la investigación se extienda a otros crímenes «conectados de acuerdo a los principios de justicia criminal y sean de naturaleza y gravedad similar». El ICIII tiene en sus manos 14 asesinatos con bomba semejantes a los de Hariri ocurridos desde octubre del 2004. El de Gemayel se distancia en el método -su coche recibió una ráfaga de disparos en la autopista- pero le cuadra como ninguno en importancia, ya que su apellido es comparado con el de los Kennedy del Líbano. Funerales en Beirut Una marea humana, que ondeaba banderas rojas y blancas con el cedro verde, símbolo del Líbano, se congregó en el centro de Beirut para los funerales de Pierre Gemayel, en una manifestación de fuerza contra la oposición aliada de Siria. En la gran plaza de los Mártires, cerca de la catedral de San Jorge de los Maronitas, los asistentes escucharon el cargamento de diatribas contra el régimen de Damasco que lanzaron los dirigentes libaneses, quienes desfilaron uno tras otro sobre un altar protegido por un cristal antibalas. Los oradores prometieron que el asesinato de Gemayel no quedará impune. «No abandonaremos hasta que hayamos llevado a los asesinos en justicia», afirmó el ex presidente Amin Gemayel, padre del difunto, antes de reclamar la renuncia del presidente del país, Emile Lahud, que no asistió al funeral «para no poner en aprietos a algunos», según sus palabras. Agitando retratos del difunto, la multitud, estimada en centenares de miles de personas, se fue reuniendo desde primera hora de la mañana en la plaza de los Mártires para asistir al funeral. En la marcha, se arrojaron al suelo retratos de Lahud y de los presidentes de Siria, Bachar al Asad, y de Irán, Mahmud Ahmadineyad, pisoteándolos.

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