Catedrático del departamento de física atómica, molecular de la Universidad de Santiago
«El polonio es indetectable; lo puedes llevar en el bolsillo y no te pasa nada»
La facilidad con la que fue envenenado Litvinenko causó asombro y removió los rescoldos de la guerra fría. Ignacio Durán, catedrático de la Universidad de Santiago, da algunas pistas sobre el polonio, elemento utilizado para asesinar al ex espía. -La muerte de Litvinenko se anunció con cuatro días de antelación y no hubo forma de salvarlo. ¿No hay antídoto para el polonio? -No. Es letal porque se fija en la médula y es imposible eliminarlo. Ahora bien, es un elemento que sólo es peligroso dentro del organismo. -Entonces se puede manipular sin ningún problema. -Es un metal pesado con presencia en la naturaleza en proporciones mínimas. Emite partículas alfa, ionizantes de muy corto alcance, así que no tienen peligro de radiación externa. Incluso está presente en las plantas y es, junto al radio, causante de afecciones pulmonares en los fumadores, pero a muy largo plazo. -¿Es fácil de conseguir? ¿Se puede obtener en algún lugar concreto? -No es fácil. Se produce únicamente en centros de tratamiento de materiales radiactivos y sólo lo pueden obtener las entidades que estén dadas de alta y tengan una ficha. Aquí (en la Universidad de Santiago) o en el hospital hay departamentos que están autorizados, pero tendrían que superar un trámite com-pleto y obtener permisos. -¿Los asesinos pudieron robarlo o comprarlo en uno de esos centros? -Lo cierto es que para envenenar a alguien de forma rápida sólo se pueden obtener las cantidades necesarias en laboratorios con salvaguardias nucleares. Este caso tuvo que ser muy bien planificado y pensado en todo momento para llegar a este suceso. -¿Se necesita una dosis muy alta? -Con dos gotas sería más que suficiente. Pero es muy complicado conseguir una au-torización para esa cantidad. -¿Rusia trabaja habitual-mente con este elemento? -Sí. Lo utiliza, por ejemplo, para activar las células de los paneles solares de los satélites. Pero estamos hablando de la Agencia Espacial Rusa, nada más y nada menos. -Parece que el polonio cir-culó libremente por Londres y ni siquiera levantó sospechas ¿El que lo transportó corrió algún riesgo? -Ninguno. El polonio forma una sal cuando se diluye en un ácido. Lo llevas en una cápsula en el bolsillo y no te pasa nada. Puedes pasar por cualquier sistema de seguridad, porque sólo emite ondas alfa y es indetectable a todo tipo de control. -¿Litvinenko no pudo saber que estaba siendo envenenado al ingerirlo? -Eso es imposible. Es como si alguien dice que puede saborear el hierro de las lentejas. Tampoco deja ninguna pista sobre cuál es su procedencia exacta. Lo cúal aumenta los interrogantes