La inmigración provoca otro nuevo escándalo en el gobierno de Holanda
El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) halló culpable de genocidio y crímenes contra la humanidad al cura católico ruandés Athanase Seromba, y le condenó a una pena de quince años de prisión, informó el portavoz de esa Corte, Bocar Sy. Seromba es el primer párroco perteneciente a la Iglesia Católica sentenciado por cargos de genocidio ante una corte internacional. La Sala Tercera del TPIR, situado en Arusha (Tanzania), le condenó por los cargos de genocidio y crímenes contra la humanidad en la modalidad de exterminio, mientras le absolvió del cargo de conspiración para cometer genocidio. «La Sala consideró un factor agravante el hecho de que fuera un religioso muy conocido en su comunidad y en el que muchos feligreses confiaban», señaló Sy. En 1994, el condenado estaba encargado de la parroquia de Nyange, en la localidad de Kivumu, en la provincia occidental de Kibuye. Huyendo de las masacres, más de 2.000 personas, la mayoría de la comunidad tutsi, abarrotaron la iglesia, que a partir del 15 de abril fue sometida a ataques regulares por parte de militares y milicias «Interahamwe». Intervención del cura Según la Fiscalía, el cura ordenó el derribo de la parroquia con máquinas excavadoras, tras lo cual los pocos supervivientes fueron rematados. Entre 500.000 y un millón de tutsis y hutus moderados, según distintas fuentes, murieron masacrados con machetes y armas de fuego por milicias extremistas, soldados y la propia población civil durante el genocidio ruandés y muchos de ellos murieron en iglesias en las que habían buscado refugio. En tribunales nacionales, la participación de la Iglesia Católica en el genocidio fue puesta de manifiesto por la justicia belga, que condenó en el 2001 a dos monjas ruandesas a entre 12 y 15 años de cárcel por su papel en las matanzas. Seromba, de 42 años, se encontraba acogido desde 1997 en la diócesis italiana de Florencia, pero ante la presión de la entonces fiscal del TPIR, Carla del Ponte, sobre las autoridades eclesiásticas, el religioso se entregó voluntariamente al tribunal el 7 febrero del 2002 y ahora ha sido juzgado. El Gobierno provisional holandés se enfrenta a una nueva crisis por la política de inmigración de su ministra de Integración, Rita Verdonk, después de que el Parlamento aprobara una moción de censura. En un debate parlamentario que duró hasta esta madrugada y que se saldó con la moción, que fue aprobada por 76 votos a favor y 72 en contra, Verdonk reiteró su negativa de paralizar las expulsiones de demandantes de asilo, lo que cuenta con el apoyo de una mayoría parlamentaria. El Gobierno en funciones, liderado por el democristiano Jan Peter Balkenende, se reúne hoy, ya que los ministros liberales (VVD) habían amenazado con retirarse del Ejecutivo si se aprobaba la moción de censura a su compañera de partido. El nuevo parlamento, con una nueva composición tras las elecciones del pasado 22 de noviembre, había votado anteriormente a favor de la amnistía de los ilegales que han agotado los recursos para obtener su residencia y que viven en Holanda desde hace más de cinco años. Es la primera vez que Holanda se encuentra en una situación de crisis de gobierno, aunque rija de manera provisional, mientras paralelamente se negocian coaliciones para un nuevo Ejecutivo. La amnistía de unos 26.000 sin papeles es un tema central en el proceso de formación de un nuevo Gobierno, ya que tanto los laboristas (PvdA) como los verdes (Groenlinks) o los cristianos (CU), que son los partidos candidatos a gobernar con los democristianos, son favorables a ese cambio de rumbo en la actual política.