El Ejército etíope se prepara para una guerra a gran escala contra las milicias somalíes

Las fuerzas islamistas somalíes se preparan para atacar a las tropas etíopes desplegadas, según ellos, en las inmediaciones de Baidoa, sede del gobierno de transición de Somalia, afirmó hoy un alto responsable de las milicias islamistas. «La decisión de atacar a los etíopes ya ha sido tomada, pero ahora estamos en los últimos preparativos para librar una guerra a gran escala», declaró el portavoz Mohamed Ibrahim Bilal, quien añadió, no obstante, que los combates no comenzarán necesariamente cuando este martes expire el plazo concedido por los islamistas para que las tropas etíopes abandonen Somalia. «No puedo decir si empezaremos a luchar hoy o mañana miércoles, estamos abocados a una guerra mientras los etíopes estén en el interior de nuestro territorio», indicó Bilal, que comanda las fuerzas islamistas acantonadas cerca de Baidoa (a 250 kilómetros al noroeste de Mogadiscio), donde se encuentra la sede de las instituciones de transición somalíes. Los islamistas han extendido en los últimos días su campaña en torno a Baidoa, después de dar un ultimátum a los etíopes para retirar sus tropas en una semana. Instructores militares Etiopía desmintió que haya desplegado a su Ejército en Somalia y sólo reconoce el envío al Gobierno de transición somalí de instructores militares. Los islamistas, a quienes Estados Unidos acusa de mantener lazos con la red terrorista Al Qaeda, controlan la mayoría del centro y el sur de Somalia, inmersa en una guerra civil desde 1991. «He oído decir que los tribunales islámicos habían abandonado su plan de llevar a cabo una guerra santa (yihad). Eso no tiene fundamento, jamás renegaremos de nuestra promesa de combatir a los invasores etíopes», comentó el comandante Bilal. Los islamistas somalíes ya declararon en varias ocasiones su «yihad» contra Etiopía en los últimos meses. Somalia carece de una administración efectiva desde la expulsión en 1991 del dictador Mohamed Siad Barre y el Gobierno de transición no ha conseguido en sus dos años de existencia controlar la empobrecida nación, de 10 millones de habitantes.