Los heridos en la explosión del oleoducto en Nigeria se ocultan de la policía
Los socorristas nigerianos esparcían ayer productos desinfectantes en el lugar de la explosión del oleoducto, que causó al menos 269 muertos en Lagos y dejó cientos de quemados, muchos de los cuales se esconden por miedo, según la Cruz Roja. «La cifra exacta de víctimas podría no conocerse ya que muchos pueden estar escondidos y otras personas podrían morir a causa de sus heridas», declaró el secretario ejecutivo de la Cruz Roja de Nigeria, Abiodun Orebiyi. Esta organización anunció que había enviado voluntarios para tratar de localizar a los heridos que se esconden y trasladarlos al hospital. Al menos 269 personas perecieron en Lagos, capital económica de Nigeria, al incendiarse un oleoducto que fue saqueado el martes, aseguró Orebiyi. «A las 18:00 locales del martes habíamos contado 269 cadáveres» y 65 personas con graves quemaduras fueron hospitalizadas, declaró el portavoz, quien añadió que algunos de estos heridos podrían morir. Ayer, el Papa Benedicto XVI dijo estar «profundamente triste» por esta tragedia y en un telegrama deseó que sus oraciones «ofrezcan la paz eterna a aquéllos que murieron». La mayoría de las víctimas fueron enterradas colectivamente ayer por la mañana.