La oposición, que tiene mayoría en el Congreso, puede vetar la financiación del despliegue
Los demócratas bloquearán el plan de Bush para Irak si no fija la retirada
Entienden que los iraquíes están en guerra civil y son ellos quienes han de aportar la solución
Mientras los enfrentamientos entre la insurgencia y las tropas estadounidenses e iraquíes se recrudecen día a día, con espe-cial virulencia ayer en las calles de Bagdad, los demócratas presentaron ayer su estrategia para hacer fracasar el plan de George W. Bush que contempla el envío de hasta 20.000 soldados más al país árabe. El ambiente en Washington subió de temperatura en las últimas horas y a medida que se acerca esta noche (madrugada en España), cuando está previsto que el mandatario anuncie en un discurso televisado en horario de máxima audiencia su plan para intentar sacar a Irak de la encrucijada en que se encuentra y detener la espiral de violencia sectaria. Los demócratas ya anunciaron que se opondrán a enviar más tropas, pero la cuestión es cómo hacerlo o hasta dónde llegar para defender su postura. La fórmula encontrada pasa por que el Congreso, controlado por ellos, no autorice dinero adicional para financiar las intenciones del mandatario republicano. Y es que si la Constitución da amplios poderes al presidente en tiempos de guerra, en su calidad de «comandante en jefe», otorga al Capitolio la potestad de controlar los gastos. El encargado de tomar la delantera fue el veterano senador Edward Kennedy, que se opuso a la guerra desde el comienzo, al anunciar la presentación de una iniciativa de ley con este fin. «Mi propuesta dirá que no se pueden enviar tropas adi-cionales ni gastar un dólar de más para intensificar la guerra a menos y hasta que el Congreso lo apruebe (de forma expresa)», indicó desde el Club Nacional de Prensa. Kennedy calificó la situación en Irak de «guerra civil» y dijo que la solución sólo puede venir del pueblo y del Gobierno iraquí. Propuestas Para evitar ponerse a la opinión pública en contra, los demócratas dejaron claro que su intención es congelar el dinero que sería necesario para el nuevo despliegue de tropas, no el imprescindible para los soldados que ya están sobre el terreno. Según una encuesta del USA Today , el 61% de los estadounidenses se oponen «firme o moderadamente» a las intenciones de Bush de mandar nuevos batallones de combate a Bagdad y a la provincia de Anbar, bastión de los rebeldes suníes. El líder de la mayoría demócrata en la Cámara alta, Harry Reid, indicó que sólo analizarán un posible aumento del número de soldados si Bush acepta comenzar a retirarse del país dentro de seis meses. A la espera de cómo se resuelve la batalla en el Capitolio, la violencia sigue descontrolada en Irak. Al menos 50 insurgentes suníes murieron y 21 fueron arrestados en una operación conjunta efectuada ayer en el barrio de Haifa.