Diario de León

El Kremlin anunció que hoy mismo se reanudaría el suministro de crudo a la Unión Europea

Bielorrusia cede a la presión de Moscú y retira el arancel del petróleo ruso

La decisión adoptada tras los contactos de Putin con Alexander Lukashenko afecta a 80.000 toneladas

La capacidad de convencimiento de Putin habría sido clave para que Lukashenko cediera

La capacidad de convencimiento de Putin habría sido clave para que Lukashenko cediera

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R. M. Mañueco/F. Kohler - moscú/bruselas
León

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La amenaza de un bloqueo económico total por parte de Rusia parece haber hecho reca-pacitar al presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, y ayer, tras una larga conversación con su homólogo ruso, Vladímir Putin, aceptó revocar el arancel que había impuesto (45 dólares por tonelada) que im-puso al tránsito del petróleo ruso por el oleoducto Druzhba (Amistad) hacia a la Unión Europea. Ese impuesto fue el de-tonador de la crisis y su eliminación era la principal exigencia que planteaba Moscú para volver a la mesa de las negociaciones. El consorcio ruso Transneft incluso llegó a declarar que ya había reanudado el bombeo a Bielorrusia, pero el Gobierno corrigió al señalar que lo haría después de que Minsk entregara a Europa las 80.000 tonela-das de crudo que ha extraído ilegalmente a Rusia en concep-to de impuestos por el paso de su petróleo hacia la UE. Anoche, el embajador ruso en Bruselas, Vladimir Chizhov, anunció que el país vecino había devuelto las 80.000 toneladas y que era «cuestión de horas» la reanudación el suministro, tras resolver cuestiones técnicas. Chizhov informó ayer al comisario de Energía de la UE, Andris Piebalgs, de los antecedentes de la disputa con Bielorrusia, que se originó el 1 de enero y llevó a Moscú a cortar el suministro. Fin de la alianza La guerra del gas dejó claró el profundo desencuentro entre Putin y Lukashenko, hasta ahora aliados. Incluso después de la primera con-versación telefónica entre ambos, las dos partes no ofrecieron una posición común. Mientras Minsk celebraba una «solución de compromiso», el Kremlin confirmaba únicamente que Putin había hablado con Lukashenko «por iniciati-va de éste». El mandatario bielorruso, aislado internacionalmente, se sintió atacado por Putin. Durante un discurso en la fiesta de Navidad ortodoxa, Lukashenko se quejó de que Rusia se ahogaba en petrodólares y ahora todavía quería ganar más con Bielorrusia. Por eso, tras ceder a la subida de precios del gas, el presidente sacó su arma más afilada: un bloqueo del oleoducto Amistad que afectó a la economía rusa y dejó a Putin como un suministrador de energía de poca confianza. Sin embargo, la interrupción del tránsito del crudo ruso puede haber sido al mismo tiempo la última arma del aislado autócrata de Minsk. La crisis podría ser el principio del fin de su hegemonía. La amenaza de un bloqueo económico total por parte de Rusia parece haber hecho recapacitar al presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko.

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