Diario de León

A pesar de confesar ser el autor del crimen, pudiera haber una organización criminal implicada

El joven detenido acusa al periodista asesinado de difamar a los turcos

Hrant Dink recibía constantes amenazas de muerte desde hace dos años y medio, incluso de un mafioso

El sospechoso de asesinato, Ogun Samast, es conducido por un policía en la comisaría de Samsun

El sospechoso de asesinato, Ogun Samast, es conducido por un policía en la comisaría de Samsun

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efe | estambul

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Un joven de 17 años, aparentemente ultranacionalista, ha confesado ser el autor material del asesinato del periodista armenio-turco Hrant Dink, pero surgen dudas sobre si hay o no una organización criminal detrás del homicidio. El asesino, Ogun Samast, fue detenido en la noche del sábado en Samsun, sólo un día después de haber cometido el crimen en Estambul, cuando quería volver a la ciudad de Trabzon, donde vive. En las primeras declaraciones a la policía, el joven afirmó que decidió asesinar al director del periódico Agos porque había leído en Internet que éste difamaba a los turcos. El muchacho proveniente de la ciudad de Trabzon, en el mar Negro, será sometido a un procedimiento judicial para menores, mientras sus familiares expresaron sus dudas de que sea capaz de cometer semejante crimen por cuenta propia, sin que hubiera nadie que se lo encargase. El joven, cuyo padre informó a la policía sobre su identidad después de haber visto imágenes de una cámara de observación cuando se metía la pistola en el bolsillo tras el atentado, ha suspendido sus estudios y quedó sin empleo. Ogun Samast frecuentaba cafés de Internet y declaró haber leído allí una entrevista con Dink en la que éste aseguraba: «Soy de Turquía, pero la sangre turca es sucia». Dijo que por ello decidió matar al director del periódico Agos , comprometido con la minoría armenia en Turquía y que el año pasado fue condenado a una pena condicional de seis meses por haber calificado abiertamente de genocidio las matanzas de armenios en 1915, bajo el Imperio Otomano. Un amigo íntimo del asesinado, el redactor del periódico Agos Aydin Engin, manifestó sus dudas sobre las perspectivas de poder esclarecer sin lugar a dudas quiénes son los autores del crimen. Explicó que otros periodistas e intelectuales han sido asesinados y algunos de los criminales detenidos, sin que se aclarase quiénes encargaron esas muertes. La muerte violenta de Hrant Dink ha causado una gran consternación en Turquía, donde miles de manifestantes salieron ya el viernes por la noche a la calle en Estambul y en Ankara para protestar contra la violencia extremista. El portavoz de Agos , Aydin Engin, denunció un clima de «linchamiento» contra quien se atreva a hablar de genocidio contra los armenios bajo el Imperio Otomano, predecesor del estado turco. Agregó que Dink era «un blanco perfecto para quienes quieren bloquear la democratización de Turquía y su camino en dirección a la Unión Europea». Amenazas de muerte El abogado de Dink, Erdal Dogan, reveló que su cliente recibía constantes amenazas de muerte desde hace dos años y medio aproximadamente, incluso del conocido mafioso Veli Küçük. El gobernador de Estambul, Muamer Güler, admitió que el periodista turco-armenio había comunicado estos hechos a las autoridades, aunque negó que hubiese solicitado protección policial. El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, dijo que las balas disparadas contra Hrant Dink fueron también «contra todos los turcos como nación, su unidad, su paz y estabilidad y la libertad de pensamiento y democracia», y ayer se mostró satisfecho de que el autor del crimen haya sido detenido tan rápidamente. Los funerales del periodista asesinado se celebrarán mañana en la iglesia de Meryemana, de Estambul, y un cortejo fúnebre saldrá de la redacción del diario Agos , que dirigía. Posteriormente, el cadáver de Dink será enterrado en el Cementerio Armenio de Balikli, en el barrio de Kumkapi, de Estambul. El atentado también causó gran preocupación y consternación en la Unión Europea y fue condenado enérgicamente, entre otros, por la presidencia alemana de la UE y por la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional, para cuyos portavoces Dink murió por defender la libertad de opinión.

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