Teherán prohíbe la entrada de 38 inspectores en represalia por las sanciones
Irán tomó ayer sus primeras represalias por las sanciones contra su programa nuclear adoptadas por las Naciones Unidas al prohibir el acceso a su territorio a 38 inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). «Es un primer paso, destinado a limitar la cooperación» con la OIEA, el organismo de la ONU responsable de la seguridad nuclear mundial, declaró ayer el jefe de la Comisión de Seguridad Nacional, Aladín Broujerdi. Una comisión especial redactó la lista de 38 inspectores «a quienes no se autorizará a entrar en Irán», agregó. El responsable iraní tam-poco ofreció detalles sobre los integrantes de la lista, si se eligieron «en base a su nacionalidad», cuándo será efectiva la prohibición y durante cuánto tiempo Teherán mantendrá la medida. Personal suficiente El organismo con sede en Viena reaccionó al anunció diciendo que dispone de personal suficiente para supervisar su programa nuclear. Los inspectores de la OIEA realizan regu-larmente visitas de rutina a las instalaciones nucleares iraníes ya que el régimen de los ayatolás es miembro del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). En esas visitas sólo tuvieron, hasta ahora, pequeños obstácu-los como concesión tardía de visados o restricciones de acceso a ciertas instalaciones. La situación cambió cuando el 23 de diciembre del 2006 el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una serie de sanciones contra los programas nuclear y balístico iraníes ante la negativa de Teherán a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio. El parlamento iraní devolvió el golpe al adoptar cuatro días más tarde una ley que ordenó al gobierno «revisar (su) cooperación» con la OIEA. Ayer, la Unión Europea anunció su intención de «aplicar en su integridad y sin demora» las sanciones adoptadas por la ONU contra Irán. Estar preparados Por su parte, el ex presidente del gobierno español, José María Aznar, dijo ayer que el mundo debe prepararse para un Irán nuclear y defendió la integración de Israel en la Alianza Atlántica porque reforzará la capacidad disuasoria de Occidente.