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El ataque más sangriento tuvo lugar en un mercado con dos explosiones que dejaron 75 muertos

La violencia en Irak se cobra más de 90 víctimas en un solo día

Los ataques aumentan al tiempo que se quiere poner en marcha otro plan contra la inseguridad

Varias personas se reúnen alrededor de los cadáveres que ocasionaron dos explosiones en un mercado

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agencias | bagdad
León

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Al menos 92 personas mirieron ayer en Irak en una violenta jornada de cruentos atentados en Bagdad y otras zonas del país. El atentado más sangriento se produjo en Bagdad, donde la explosión de dos coches bomba dejó 75 personas muertas y 160 heridas en un mercado en pleno centro de la ciudad, confirmaron fuentes del ministerio del Interior. En Al Jalis, ciudad situada 70 kilómetros al norte de Bagdad, un artefacto explosivo y varios proyectiles de mortero mataron a 12 personas en un mercado popular. En otro incidente, tres policías perdieron la vida y diez resultaron heridos al explotar una bomba cerca de su convoy en la localidad de Tel Afar, 470 kilómetros al noroeste de Bagdad, según fuentes policiales iraquíes. En el barrio de Al Dura, en el sur de la capital, una mujer falleció y seis personas resultaron heridas por el impacto de varios proyectiles de mortero cerca de un colegio, y en el oeste de Bagdad un grupo de insurgentes mató a un policía que trabajaba en la protección de las instalaciones petroleras. Ataque en un mercado Al menos 75 personas murieron y 110 resultaron heridas ayer al estallar dos coches bomba cerca de un mercado en el barrio de Bab Sharki, en pleno centro de Bagdad. Al mediodía se registraron dos fuertes explosiones en el barrio de Bab Sharki, a orillas del río Tigris, que dejaron una densa nube de humo. Setenta cadáveres y 84 personas heridas fueron trasladados al hospital Al Kindi, y cinco muertos y 25 heridos a la clínica Ibn Al Nafiss, informaron los dos centros. Estas explosiones tienen lugar a la vez que Estados Unidos envía nuevos refuerzos a Irak para hacer frente a la violencia que vive el país, principalmente religiosa, que ha causado más de 16.800 muertos en 2006, según la ONU. El domingo, unos 3.200 militares estadounidenses llegaron a Bagdad para apoyar el nuevo plan de seguridad de la capital. Se trata de la primera de las cinco brigadas -que suman unos 17.500 soldados-, que serán enviadas al país como parte de la nueva estrategia anunciada el 11 de enero por el presidente George W. Bush para combatir la violencia religiosa en Bagdad. Los insurgentes incrementaron los ataques en Bagdad al mismo tiempo que el primer ministro, Nuri Al Maliki y las autoridades estadounidenses apoyan un nuevo plan para acabar con la inseguridad en la capital. Además, desde el 1 de enero han muerto 46 estadounidenses en el país. El sábado perecieron 25 militares norteamericanos, 12 de ellos al estrellarse un helicóptero, en uno de los peores días desde que comenzó la invasión estadounidense de Irak, en marzo del 2003. El plan de seguridad tiene sobre todo como objetivo el Ejército del Mahdi, vinculado al clérigo radical chiita Moqtada Sadr. Precisamente el domingo, el movimiento de Moqtada Sadr anunció el fin del boicot al Gobierno iraquí tras recibir garantías sobre el cumplimiento de sus demandas. El regreso del grupo de Sadr ha mejorado la posición de Maliki, ya que seis de sus ministros se han reincorporado al Gobierno y 32 diputados al Parlamento. El grupo de Sadr, conocido por su odio hacia los estadounidenses, manifestó que no utilizará la violencia a pesar de que un portavoz del movimiento fue detenido por miembros de las fuerzas especiales del Ejército iraquí y sus consejeros estadounidenses el jueves en Bagdad. El Ejército estadounidense alegó, sin dar su nombre, que el detenido operaba en un grupo ilegal armado que secuestraba y torturaba a civiles. Por su parte, Bush se negó a fijar una fecha para la retirada de tropas estadounidenses en Irak, donde 3.052 militares norteamericanos y personal asimilado murieron desde marzo del 2003.