La práctica, muy extendida en Rusia, de encargar asesinatos empieza a calar también entre los adolescentes. Una niña de 15 años de la localidad siberiana de Barnaul (región de Altái) entregó a tres compañeros de clase de la misma edad la cantidad de 15.000 rublos (unos 440 euros) por dar muerte a sus padres. Resulta que la menor estaba harta de que sus progenitores le prohibiesen salir por la noche y relacionarse con determinados chicos. Sus tres compinches se presentaron en su vivienda el pasado día 24 de enero por la tarde y la emprendieron a puñaladas con la madre. Murió en el acto, según la Fiscalía de Altái. Asustados ante el sangriento espectáculo, huyeron despavoridos. El padre logró salvar la vida porque se entretuvo en el trabajo más de lo habitual. Él fue quien avisó a la Policía. Pocas horas después, gracias a la descripción facilitada por lo vecinos, fueron detenidos los tres asesinos y la instigadora del brutal delito. Lo que nadie sabe aún es de dónde salieron los 15.000 rublos para pagar el
. Valeri Ziyastínov, portavoz de la Fiscalía, afirmó que la chica justificó lo sucedido en el hecho de que
. Al parecer, unos días antes, sus padres la castigaron por hacer novillos. Ziyastínov, sin embargo, evitó facilitar la identidad de los cuatro inculpados. Al tener edades por debajo de los 18 años, la máxima pena que les espera es 10 años de reclusión en un reformatorio.
Violencia juvenil Un suceso similar se produjo el año pasado en la ciudad de Rostov del Don, en el sur del país. Inna Smirnova, de 17 años de edad, contrató los servicios de un matón para deshacerse de su padrastro. Smirnova se quejaba de la falta de atención por parte de su madre, quien prefería pasar el tiempo con su nueva pareja. El año pasado, el Ministerio de Interior ruso ya alertó del preocupante ascenso que está experimentando la delincuencia juvenil en el país. En 2005, los menores rusos llevaron a cabo 1.200 asesinatos, 3.300 agresiones y 18.000 delitos contra la propiedad. En los reformatorios rusos hay actualmente más de 6.000 reclusos. En el mismo informe se señalaba además que las agresiones perpetradas por adolescentes son cada vez más crueles. Los autores de asesinatos y ataques racistas suelen ser frecuentemente menores. También son especialmente brutales los atracos cometidos por niños huidos de orfanatos. El mal trato a los profesores en las escuelas empieza también a ser un problema, algo impensable hace tan sólo unos años.