El Gobierno estadounidense seguirá de cerca la forma en que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, utiliza los nuevos poderes especiales que le ha otorgado la Asamblea Nacional, declaró un portavoz. «Veremos cómo ejerce esos poderes el presidente Chávez», respondió el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, al ser preguntado por la aprobación en el parlamento unicameral venezolano de la llamada «Ley que autoriza al presidente de la República a dictar decretos con rango, valor y fuerza de ley». «Es una decisión de la asamblea legislativa venezolana>, agregó el portavoz, quien recordó que la preocupación del Gobierno de Estados Unidos con respecto a Chávez se ha centrado siempre
A la expectativa Por lo tanto,
, insistió McCormack, antes de precisar que es pronto para hacer «una valoración final» sobre la aprobación de la ley que otorga poderes especiales al presidente venezolano. «Realmente creo que es algo que puede sorprender, pero es su decisión y veremos cómo utiliza esos poderes el señor Chávez», reiteró. Al ser preguntado si es posible que pueda existir una democracia sin un poder legislativo independiente, el portavoz estadounidense declaró que es «una pregunta abierta» a la espera de ver cómo Chávez utiliza esos nuevos poderes en los próximos 18 meses y si los ejerce o no para promover la democracia en todo el territorio de Venezuela. El Gobierno de EEUU analiza el acuerdo de las petroleras Royal Dutch Shell y Repsol YPF con Irán para la explotación de un yacimiento de gas en el sur del país con vistas a determinar si se ajusta o no a las leyes estadounidenses. «Los abogados lo están analizando> con el fin de comprobar si cumplen una serie de criterios establecidos en la legislación vigente», declaró un portavoz del Departamento de Estado. Sin precisar cuáles son exactamente esos criterios, el portavoz explicó que, «en función de su cumplimiento» se realizará una investigación detallada del acuerdo. Sus declaraciones se producen después de que Sean McCormack, el portavoz del Departamento de Estado, afirmase este lunes en rueda de prensa que «es probable» que la Administración estadounidense investigue las inversiones previstas en Irán por parte de la petrolera hispano-argentina Repsol YPF y la anglo-holandesa Shell. Según McCormack, si esas inversiones superan cierta cantidad, tal y como se especifica en la legislación estadounidense, los abogados lo analizarán y decidirán «si hay algún paso que, como Gobierno, podamos adoptar». Ese eventual paso podría concretarse en la imposición de sanciones, ya que la legislación estadounidense permite actuar contra las compañías extranjeras que inviertan en el sector energético iraní. McCormack explicó en rueda de prensa que Europa y cada uno de los países europeos tienen sus propias obligaciones legales y regulaciones bancarias y financieras. El portavoz restó importancia a la información publicada por la prensa estadounidense, en la que cuestiona la cooperación de Europa en los esfuerzos estadounidenses por aislar económicamente a Irak, en represalia por sus ambiciones nucleares.
Efecto colateral Según él, independientemente de las decisiones individuales y los riesgos que puedan asumir algunos representantes empresariales, los principales bancos europeos «han reducido considerablemente e incluso han dejado de hacer negocios con el Gobierno iraní». Cuando se trata de inversiones en el sector petrolero o del gas iraní, «que es el que representa, de lejos, la mayor parte de la economía iraní», hay que tener en cuenta el «efecto colateral» de una operación de ese tipo. añadió. Hay que tener en cuenta además «¿cuáles son los riesgos políticos de hacer ese tipo de inversiones?» o «¿qué tipo de estabilidad tendrá esa inversión?» porque, según McCormack, en estos momentos «no sabemos si (los iraníes) van a estar sometidos a más sanciones en el futuro».No obstante, subrayó, ese tipo de decisiones las adoptan las empresas de forma totalmente separada del Gobierno. Lo que está muy claro, en su opinión, es que los europeos «comprenden lo que está en juego» y la importancia de mantener un «frente común» y de destapar cualquier actividad ilegal que pueda estar camuflada como legítima en el sistema financiero iraní. La agencia IRNA anunció el convenio suscrito por Repsol y Shell para el desarrollo de dos fases de la construcción de un yacimiento de gas en el sur del país, por un coste de 4.300 millones de dólares.