Diario de León

Hu Jintao realiza una gira por ocho países del continente negro en busca de más recursos

El presidente chino visita Sudán en medio de la presión internacional

Occidente quiere que obligue al régimen de Jartum a parar las matanzas en la región de Darfur

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agencias | jartum
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El presidente chino Hu Jintao estará hoy en la mirada de todo el mundo cuando llegue a Sudán. Jartum es la tercera parada de su viaje por ocho países africanos, un viaje con el que espera consolidar la influencia china en el continente negro, las inversiones y el acceso a sus recursos. Pero sin duda su entrevista con los líderes sudaneses será el momento clave de la gira. Hu está bajo presión. La comunidad internacional quiere que China utilice su influencia sobre el Gobierno sudanés para que pare las matanzas en la región de Darfur, que ya han costado 300.000 vidas y han provocado el desplazamiento de dos millones de personas. Petróleo a la desesperada Los argumentos de Pekín para presionar a Jartum no son pocos. Es su principal aliado en el mundo, su principal inversor y su proveedor de armamento e instrucción militar. Pero China es también el principal extractor del crudo sudanés y lo necesita desesperadamente. Su economía y sus necesidades energéticas crecen tan rápido que no puede permitirse perder a uno de sus principales proveedores. Por eso ha vetado hasta ahora cualquier intento de Naciones Unidas por imponer sanciones a Jartum o por enviar una fuerza de intervención. De ahí viene la presión de la comunidad internacional, cansada de los vetos chinos. Mientras espera el momento clave de su gira, el presidente chino llegó ayer a Monrovia, la capital de Liberia, proveniente de Camerún, en la segunda escala de su gira. Su homóloga liberiana, Ellen Johnson Sirleaf, le esperaba en el aeropuerto. Luego ambos se dirigieron al ministerio de Relaciones Exteriores, donde Sirleaf instaló su despacho tras el incendio del palacio presidencial en julio. Cambio de alianzas Las calles y edificios ennegrecidos por la guerra en Monrovia, al borde del mar, lucían festivas banderas chinas y liberianas. Liberia es tradicionalmente un fuerte aliado estadounidense. No obstante, Sirleaf expresó gratitud por la ayuda para la reconstrucción cedida por Pekín y por los soldados de paz chinos en la fuerza de la ONU en este país del oeste de África, que lucha por recuperarse de más de una década de guerra civil. «Los liberianos nunca olvidarán la amistad de los cascos blancos chinos», dijo Sirleaf a la agencia de prensa estatal China Nueva. Unos 500 soldados chinos integran la misión de la ONU en Liberia. China también construyó un estadio y una central azucarera como parte de sus proyectos de infraestructura en el país. El comercio entre ambos países subió el 155% el año pasado en relación al 2005, para ubicarse en 375 millones de dólares.

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