Cerrar

| Análisis | ¿Cuál es el objetivo? |

El jefe del Kremlin ruge

Publicado por
Miguel A. Murado
León

Creado:

Actualizado:

Después de escuchar ayer el rapapolvo que le echaba el presidente ruso a Estados Unidos, al secretario de Defensa norteamericano no se le ocurrió otra cosa que decir de Putin que «era un ingenuo». Ingenuo. Con todas las cosas que le habrán llamado a este hombre en su larga carrera, primero como espía del KGB y luego como presidente autoritario, seguro que ésta no la había nunca. Pero se entiende que Robert Gates (por cierto, también él mismo espía durante bastantes años) se quedase sin palabras. La bronca le pilló desprevenido, como por lo visto le sucede con casi todo al Departamento de Defensa desde hace bastante tiempo. ¿Qué significa este enfado de Rusia? Significa que, aunque haya aceptado perder la guerra fría, no está dispuesta a perder también esta especie de «paz caliente» por la que atraviesa el mundo. La OTAN quiere desplegar misiles en Polonia y Chequia, evidentemente no para amenazar a Luxemburgo; la UE apoya a Ucrania cuando se niega a pagar el gas ruso, y, sobre todo, Washington va desbaratando todos los negocios de Rusia por el mundo adelante, desde el petróleo de Irak a la energía nuclear en Irán, mientras que en cambio se alimenta el «hambre de átomo» de países amigos como la India o Pakistán. Cierto que Putin, que ha vuelto radiactivo algún que otro restaurante de Londres, no parece el más adecuado para censurar la proliferación nuclear. En concreto, está claro que el arrebato del presidente ruso iba dirigido a frenar la escalada contra Irán y ayer, entre el auditorio, el negociador nuclear iraní Alí Lariyani era de los pocos que asentían. El viernes el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) empezó a aplicar su embargo de tecnología a Teherán y en Moscú esto ha sentado mal. No se trata sólo de una cues-tión de intereses concretos sino también de prestigio. Si la OIEA se convierte, como parece, en un instrumento más en manos de norteamericanas, Washington pasaría a monopolizar la tecnología nuclear, una de las más rentables exportaciones rusas. Y esto en un momento en el que el alarmismo por el calentamiento global está sirviendo de tapadera para que muchos países vuelvan a hablar de las ventajas del átomo, en el convencimiento de que es peor un grado más de temperatura en un siglo que algún que otro Chernóbil de vez en cuando.

Cargando contenidos...