Bush reconoce que no está seguro de la implicacióniraní en la realidad de Irak

El presidente George W. Bush se mostró ayer convencido de que Irán ha entregado armas a la insurgencia chií en Irak, aunque reconoció no saber si dichas órdenes salieron de la cúpula del Gobierno. El republicano negó que use estas acusaciones como pretexto para atacar a la República Islámica. En su primera conferencia de prensa del año, Bush respaldó los informes de los servicios de inteligencia difundidos días atrás que señalan que ar-tefactos explosivos han llegado desde Irán al país vecino. El presidente dijo que la fuerza Al Qods, integrada en la Guardia Revolucionaria iraní y que es parte del Gobierno de Teherán, es responsable de la entregas de armas a las milicias que operan en Irak. «Pero lo que no sabemos -añadió- es si los líderes (del Gobierno) de Irán les ordenaron hacerlo». Ante las insistentes preguntas sobre el tema precisó: «Hay armas en Irak que están haciendo daño a nuestras tropas. Si (el presidente iraní) Ahmadineyad dio las ordenes, eso no lo sé». El mandatario negó que con estas acusaciones esté abonando el camino para una confrontación militar con Irán. rosa milicia está acusada por Estados Unidos de alimentar la violencia, se había refugiado en Irán. Esta afirmación, de ser cierta, podría tensar aún más las relaciones entre Teherán y Washington. De momento, fue negada por dos de los colaboradores de Al Sadr, entre ellos el líder de su grupo parlamentario, Nasser Al Rubaie, que recordó que el movimiento apoya el plan de seguridad que ayer se puso en marcha para intentar contrarrestar la violencia en Bagdad. El militar iraquí precisó que en lo sucesivo las fuerzas bajo su mando pueden «detener, interrogar, revisar a los individuos en caso de necesidad», en esta ciudad en la que extremis-tas suníes y escuadrones de la muerte chiíes causaron miles de víctimas en el 2006. También podrán «allanar toda propiedad privada» e «imponer restricciones a los movimientos de los vehículos.