Dirigentes de la oposición de Zimbabue comparecieron ayerante un tribunal de esta capital, dos días después de haber sido detenidos, con señales visibles de la paliza que recibieron mientras estaban presos. Bandas en la cabeza, cojeras y rostros hinchados podían verse en algunos de los políticos de la oposición que se presentaron ante un juez para saber si quedaban libres o conocer los cargos levantados contra ellos. Más de un centenar de líderes y militantes de grupos de la oposición fueron arrestados el domingo pasado en Harare cuando la policía frustró con una dura represión una
que tenía un trasfondo de disidencia política. En los disturbios murió un joven militante de la oposición. Uno de los que compareció ante el juez fue Morgan Tsvangirai, máximo dirigente del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), el principal grupo de la oposición zimbabuense y considerado como uno de los políticos más combativos en el país. Tsvangirai, con pantalones color caqui, entró en la corte cojeando y con el rostro hinchado, según pudo comprobar esta agencia. A duras penas podía abrir su ojo izquierdo. Lovemore Madhuku, presidente de la Asamblea Nacional Constitucional (NCA), un grupo que promueve cambios políticos en Zimbabue, también se presentó cojeando, como varios más. Madhuku iba además con su cabeza vendada y un brazo escayolado. Posteriormente, la fiscalía ordenó que los detenidos que estaban más graves fueran trasladados a centros médicos para ser atendidos, algunos en vehículos policiales, otros en ambulancias y, al menos uno, en camilla.
Rice pide la liberación Después de conocerse esta decisión, los abogados se trasladaron a la sede de la Fiscalía General para saber si los detenidos quedarían en libertad en las próximas horas o se les darán a conocer los cargos que puedan levantarse contra ellos. «Una vez más, la comunidad mundial ha visto que el régimen de Robert Mugabe es despiadado y represivo, y solo provoca sufrimiento para los ciudadanos de Zimbabue», precisa la secretaria de Estado. Desde Washington, añade, «seguimos de cerca los acontecimientos en Zimbabue» y «urgimos al Gobierno a que permita que todos los zimbabuenses expresen libremente sus opiniones.
