El presidente vetará el proyecto de ley y acusa a los demócratas de actitud irresponsable
El Congreso reta a Bush y fija una fecha para la retirada de Irak
Aunque no prospere, la votación enviará más presión a la Casa Blanca para que asuma el repliege
Es el mayor desafío del Congreso de EE.UU. al presidente George W. Bush y su lucha contra el terrorismo desde los atentados del 11-S, los demócratas lograron ayer una gran, aunque efímera, victoria al aprobar en la Cámara de Representantes una ley que fija por primera vez una fecha tope para la vuelta de las tropas de combate a casa: el 1 de septiembre del 2008. La respuesta de Bush fue clara: «Lo vetaré si lo envían a mi despacho». El calendario de retirada fue incluido en el proyecto de ley sobre fondos militares de emergencia, que salió adelante por escaso margen (218 votos a favor frente a 212 en contra, más una abstención) y que contempla la autorización de 124.000 millones de dólares para financiar las guerras de Irak y Afganistán para el resto del año. Lo sucedido recordó enfrentamientos similares ocurridos en el Capitolio durante la Guerra de Vietnam, cuatro décadas atrás. La ley señala que la retirada comience en marzo del 2008 y que esté completada para el 31 de agosto de ese año. Un proceso que se podría acelerar si el Gobierno iraquí cumple lo prometido y asume mayores responsabilidades sobre la seguridad en el país. «El pueblo americano ha perdido la fe y la confianza en la forma en que el presidente está conduciendo esta guerra», dijo una exultante Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara baja. «La gente ve la realidad de la guerra. El presidente no», añadió la demócrata. Tras conocer la aprobación de esta medida, Bush apareció acompañado de soldados, veteranos y sus familiares en una breve comparecencia televisada desde la Casa Blanca para dejar claro que utilizará su poder de veto para dejar la medida en papel mojado. «La vetaré si llega a mi mesa», dijo con gesto serio, con un tono duro y directo que no pudo, ni quiso, ocultar su enfado con los demócratas, a los que acusó de «abdicar de sus responsabilidades» y actuar por intereses partidistas, sin hacer caso a los mandos militares en Irak. Durante la votación, dos repu-blicanos se pasaron al otro lado y votaron a favor, mientras que catorce demócratas lo hicieron en contra. El truco Y es que la ley presentaba un dilema para los conservadores: si se oponían al plazo y votaban en contra podrían dar la imagen de que estaban votando también contra la autorización del dinero destinado a las tropas. Este fue el truco con el que jugaron los demócratas, que lograron insertar en la propuesta sobre financiación un calendario para la retirada. Sin embargo, no lograron sumar los dos tercios suficientes para eludir el veto presidenciales. De forma paralela, un comité del Senado aprobó el jueves un borrador similar, con el plazo para la retirada puesto en mar-zo del 2008. La próxima semana pasará al pleno. De salir adelante, las versiones de ambas cámaras deberán ser puestas en común y de ahí ser firmadas por Bush para su entrada en vigor, lo que no sucederá. Aunque, con eso contaban ya los demócratas.