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EL VATICANO LOS PARTIDOS POLITICOS

El Papa arremete contra la UE por olvidar sus raíces cristianas El futuro de la Unión no pone de acuerdo ni a unos, ni a otros

Publicado por
León

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El Papa Benedicto XVI lanzó ayer un durísimo mensaje contra el proyecto europeo, tal como se está llevando a cabo, que marcará un hito en las relaciones de la Santa Sede y la UE.Juan Pablo II se batió en su día por la inclusión de una mención a las raíces cristianas en la Constitución europea, batalla que perdió. Benedicto XVI había recogi-do el relevo, pero nunca hasta ayer había retomado esta empresa con tanta fuerza.Ratzinger eligió el 50 aniversario del Tratado de Roma para irrumpir en los festejos trazando un retrato sin apenas rasgos positivos de una construcción alejada de los ciudadanos y emitió un diagnóstico pesimista, casi apocalíptico, de su futuro si pierde de vista los valores cristianos.Aseguró que Europa está haciendo «apostasía de sí misma» al olvidar sus raíces cristianas. Para el Papa, tales valores deben permanecer como «fermento» de civilización, pues, de lo contrario, «¿cómo podría el Viejo Continente continuar desarrolllando la función de 'levadura' para el mundo entero?». Las dos principales familias políticas europeas, los conservadores y los socialistas, reu-nidos ayer en Berlín al margen de los actos por el cincuenta aniversario, afirmaron sus posiciones divergentes sobre el futuro de la Constitución europea. Para el Partido Socialista Europeo (PSE), «un nuevo tra-tado es urgente». «Necesitamos uno de aquí a 2009», subrayó su presidente, el danés Poul Nyrup Rasmussen, al final de una reunión de la sede del SPD alemán. Al contrario, los responsables del Partido Popular Europeo (PPE), reunidos en un hotel cerca de la Puerta de Brandemburgo, adoptaron una declaración que no menciona la palabra «Constitución» ni hace referencia a un nuevo tratado. En su documento se limita a reclamar mejorar la capacidad de maniobra de la UE con mayor «democracia, transparencia y eficacia». El presidente popular, Mariano Rajoy, defendió que la Unión Europa huya del «inmovilismo» y afronte el futuro con especial atención a la lucha contra el terrorismo.