La Declaración de Berlín evita varios temas delicados
La Declaración de Berlín adoptada ayer no mencionó temas que provocan divisiones entre los socios o molestan a algunos de ellos. Entre esas cuestiones está, por supuesto, la Constitución Europea, pero también el tema de las raíces cristianas de la UE, el Telón de Acero y la ampliación: Constitución. La presidencia alemana lo había prometido: la palabra no sería pronunciada. El texto subraya la necesidad de negociar un nuevo tratado de aquí al 2009. El rechazo de los franceses y holandeses a la Constitución en el 2005 hacía difícil que ese concepto fuese retomado, teniendo en cuenta además que varios países de Europa del Este también se mostraban reticentes. Raíces cristianas. No hay ninguna mención a las «raíces cristianas» o «judeo-cristianas» de Europa, para gran enojo del papa Benedicto XVI, pero también de dirigentes de países de gran tradición católica como Polonia o Italia. La canciller Angela Merkel, hija de un pastor protestante, quería incluir esta mención, pero admitió haber renunciado para evitar un bloqueo por parte de países como Francia o Bélgica. Nazismo y Holocausto, estalinismo y Cortina de Hierro . La declaración recoge que la integración europea permitió «aprender las lecciones de conflictos sangrientos y una historia dolorosa», pero no menciona en forma explícita los dramas del siglo XX. De todos modos, se hace una alusión indirecta al Holocausto cuando se dice que «nunca más debe dejarse una puerta abierta al racismo y a la xenofobia», y al estalinismo con el homenaje «al ansia de libertad de las gentes de Europa Central y Oriental». Europa social y globalización. Ante las discrepancias de franceses y británicos sobre la existencia y naturaleza de un «modelo social europeo», Merkel encontró una fórmula de compromiso con el «modelo europeo» que aúna el éxito económico y la responsabilidad social. Ampliación. Frente a las divergencias existentes, el texto no se pronuncia sobre el tema, evocando en forma más vaga la «apertura» de Europa, sin alentar directamente a los candidatos (Turquía y países de los Balcanes). Defensa europea. La declaración evita toda referencia a fuerzas militares e intervenciones externas, pero evoca claramente las responsabilidades internacionales de la UE. «Nos enfrentamos a grandes desafíos que no se detienen en las fronteras nacionales. La Unión Europea es nuestra respuesta a ellos», señala el texto.