Un adiós de Blair a lo grande

El primer ministro, Tony Blair, podría aprovechar la euforia en torno a la formación de un gobierno de poder compartido en Irlanda del Norte, el 8 de mayo, para anunciar la fecha de su retirada de la política. Perseguido por el desastre de la guerra y el aún mayor de la posguerra de Irak, que ha erosionado su popularidad y la de su partido, Blair podrá presentar la reconciliación de esos dos enemigos históricos como su gran legado político.El eventual anuncio de la fecha de su retirada, el 8 de mayo, restaría en teoría protagonismo al reverendo Ian Paisley, líder de los unionistas y próximo primer ministro norirlandés, y al dirigente del Sinn Fein, Gerry Adams, principales artífices del histórico acuerdo. En efecto, las elecciones autonómicas de Escocia y Gales, previstas para el 3 de mayo, pueden ser una nueva ducha de agua fría para Blair y los laboristas ya que, según indican los sondeos, el Partido Nacional Escocés puede convertirse en mayoritario en el Parlamento de Edimburgo. No es este último resultado precisamente el previsto por el líder laborista al promover la autonomía escocesa junto a las de otras partes del Reino Unido, pero la deriva nacionalista ha seguido su curso y ha provocado tensiones al norte y al sur de las Cheviot Hills, la cadena montañosa que separa a Escocia de Inglaterra. El anuncio del día concreto de la retirada de Blair podría relegar a segundo plano la polémica que sin duda provocarán entre los laboristas los malos resultados de las elecciones autonómicas y las locales, que se celebran el mismo día, y que, según los sondeos, les serán también desfavorables. Mientras, las maniobras En cualquier caso, mientras se especula sobre cuándo Blair hará su anuncio, prosiguen las maniobras de los incondicionales del primer ministro para presentar a un candidato capaz de enfrentarse a quien aspira a sucederle en Downing Street, el ministro de Finanzas, Gordon Brown, de quien aquéllos no acaban totalmente de fiarse. Los «blairitas», como se los conoce aquí, están empeñados en una lucha contra reloj por conseguir cuanto antes el apoyo del mayor número de pesos pesados del partido, incluidos varios ex ministros, para su causa. Esos fieles a Blair -o enemigos de Brown, según se mire- una de cuyas figuras más destacadas es el actual comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, insisten en que no es de recibo una sucesión sin previa competencia entre el segundo y algún otro candidato que exija a éste a exponer su programa para el resto de la legislatura. El ex titular de Exteriores y actual líder de los Comunes, Jack Straw, que está al frente de la campaña de Brown, insiste en que éste no rechaza en principio a que alguien decida desafiarle. El nombre que más suena en ese sentido es el del joven ministro del Medio Ambiente, David Miliband, considerado como una de las jóvenes promesas del laborismo, pero éste tal vez considera que no ha llegado todavía su momento.En un discurso ante el Parlamento, ayer lunes, Miliband expresó su apoyo a Brown con estas palabras: «Puedo asegurar a esta cámara, como he repetido durante tres años, que el canciller de Exchéquer (ministro de Finanzas) es un sobresaliente primer ministro in spe y estoy seguro de que prestará un gran servicio al país...como primer ministro»