Blair reitera que la liberación llegó «sin un acuerdo»
La saga de los marinos detenidos en aguas territoriales cuya soberanía es disputada ha dejado la impresión en Londres de que la conducta del Gobierno de Ahmadinejad es de difícil intrerpretación y que los canales habituales de relación entre gobiernos no rinden necesariamente los efectos convencionales. La interpretación más común de lo ocurrido en las últimas horas es que el régimen iraní había llegado a la conclusión de que mantener la detención de los británicos dañaba aún más sus relaciones con Alemania o Francia y otros países y que ya había obtenido todos los frutos posibles del incidente. Poco después de su llegada, el primer ministro Tony Blair compareció en el exterior de su residencia oficial, en Downing Street, para asegurar que la liberación de los cautivos se produjo