El presidente de Ucrania se basa en el control del Ejército y de la Policía
Yúshenko garantiza que la crisisno acabará en confrontacióncivil
Si Yanukóvich sigue resistiéndose a la celebración de elecciones acabará siendo destituido
La bandera de Ucrania tiene dos colores, el azul y el amarillo. El azul proviene del este, de las regiones prorusas.Es recisamente uno de los tres colores del estandarte ruso. El amarillo corresponde al oeste católico, el bastión nacionalista, y recuerda la bandera vaticana. Esas dos Ucranias son las que están ahora enfrentadas. Una simple chispa podría hacer que todo salte por los aires. En un mensaje dirigido a la Nación con motivo de la Pascua, el presidente Víctor Yúshenko intento hoy tranquilizar a los ucranianos asegurando que no habrá ninguna conflagración civil y que todo está bajo control. El domingo transcurrió sin sobresaltos. Da la sensación de que la mayoría de los ucranianos no están ni con Yúshenko ni con Yanukóvich. En la madrugada de hoy, tras acudir a la liturgia de media noche, Yúshenko pronunció una alocución junto a la Catedral de Santa Sofía. El presidente ucraniano dijo que la mayoría parlamentaria, constituida por el Partido de las Regiones (Yanukóvich), socialistas y comunistas, «no ha sido capaz en los últimos ocho meses de cumplir ni uno de los puntos del programa que prometieron». «En una carrera desenfrenada por aumentar aún más sus cotas de poder, se creyeron impunes y con derecho a comprar y revender la voluntad popular», añadió. El pasado lunes, el máximo dirigente ucraniano justificó su decisión de disolver la Rada (el Parlamento del país) en el hecho de que Yanukóvich y sus aliados se estaban dedicando a alentar el transfuguismo con dinero y prebendas. «Tal forma de actuar ignora la voluntad de cada uno de nosotros, es usurpación y constituye una de las manifestaciones más burdas que existen de corrupción política», sentenció Yúshenko en un discurso que fue retransmitido hoy por los principales canales de televisión. Según sus palabras, «pretendían obtener 300 escaños y así poder actuar sin limitaciones, ignorando los deseos de la ciudadanía y las decisiones judiciales. Hubiese sido un poder incontrolado que no hubiera hecho regresar a la tiranía». Yúshenko afirmó que, ante tal panorama, no quedaba otra cosa que «limpiar el templo de fariseos y mercachifles». El presidente ucraniano garantizó que no hay peligro de que estalle una conflagración civil por que el Ejército y las Fuerzas de Orden Público «me obedecen sólo a mí». «Todo saldrá bien, no habrá desórdenes», prometió el alto mandatario. El Consejo de Seguridad Nacional tiene previsto reunirse semanalmente bajo la presidencia de Yúshenko hasta la celebración de las elecciones, el próximo 27 de mayo. Agrupa en su seno a las principales figuras del Estado y a los máximos responsables de las Fuerzas Armadas, Policía y altos tribunales. Los analistas creen que, si Yanukóvich continúa resistiéndose a preparar las elecciones, el presidente le destituirá. El primer ministro ha dicho que no habrá preparativos de nada mientras el Tribunal Constitucional no se haya pronunciado en relación con la legalidad de la decisión de disolver el Parlamento. Los jueces empezarán esta semana a examinar la demanda.