Su «mea culpa» podría costarle el cargo de presidente del Banco Mundial
Wolfowitz pide perdón por subir el sueldo de su novia y ascenderla
«Cometí un error y lo siento», dijo junto a Rato el antiguo halcón de la Administración Bush
«Déjenme simplemente hablarles del asunto que está en mente de todos». Con estas palabras iniciaba ayer en Washington su particular vía crucis el presidente del Banco Mundial (BM), Paul Wolfowitz. Asediado por los medios de comunicación desde que se hiciera público el fulgurante ascenso y aumento de sueldo de su compañera sentimental, Shaha Alí Riza, el que fuera mano derecha de Bush asumía ante la prensa que fue él quien fijó el sueldo de su novia, confesión que podría costarle la dimisión. «Cometí un error y lo siento», aseguró el antiguo número dos del Pentágono en una comparencia junto al presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, en el inicio de la reunión de primavera de ambos organismos financieros. Tras lanzar su mea culpa, Wolfowitz dejó su futuro en manos del consejo de administración del BM. Desde que la semana pasada el periódico The Financial Times reveló que Wolfowitz aumentó en 45.000 euros el sueldo de su novia -que pasa a ser de 145.000 euros libres de impuestos al año (más de lo que cobra la jefa del Departamento de Estado, Condoleezza Rice), muchos son los que esperaban escuchar la explicación del republicano, quien llegó a la presidencia del BM hace dos años, en una de las batallas más duras por el control del organismo. Según su confesión, la decisión del aumento de sueldo de su compañera vino tras enterarse de que Riza, de origen libio y criada en Arabia Saudí, no podía continuar trabajando para el BM, ya que las normas internas de la institución prohíben que dos personas relacionadas trabajen en el mismo departamento. «El caso me llevó a pedir asesoramiento al consejo de administración del banco desde mi llegada», aseguró Wolfowitz, quien también matizó que fue precisamente el comité ético de la institución el que le recomendó trasladar a su novia, no sin antes aumentarle el sueldo. «Lamento no haberme quedado al margen como pensé en un primer momento, pero juro que actué de buena fe», resumió al final de su intervención. Un arrepentimiento que no ha convencido a la asociación de empleados del BM, quienes siguen asegurando que la promoción fue ilegal. «El ambiente es muy tenso, la gente está enfadada y hoy (por ayer) incluso varios representantes han bajado a la hora del desayuno para dar los últimos datos cara a cara», aseguró a Diario de León una trabajadora de la institución. ¿Postura hipócrita? Además de enfrentarse al rechazo de sus compañeros, Wolfowitz ha tenido que encajar estos días las acusaciones que lo tildan de hipócrita, porque tras haber instaurado uno de los sistemas más duros contra la corrupción en el extranjero ha utilizado su poder para beneficiar a su novia. «¿Podemos seguir confiando en una institución que da lecciones en el extranjero y se corrompe a sí misma en Washington», se preguntaba hace unos días un periódico nacional. De momento, la respuesta podría llegar en unos días si finalmente el republicano presenta su dimisión, ya que, según ha dicho: «Ahora mismo estoy abierto a cualquier tipo de solución».