El presidente del Constitucional, agredido por restituir en sus cargos a diputados opositores
Protestas de seguidores de Correa ante el Constitucional
El presidente del Tribunal Constitucional (TC) de Ecuador, Santiago Velásquez, salió ayer del edificio de la institución en medio de los insultos y golpes que le propinaron manifestantes de izquierda, tras haber anunciado la restitución en sus puesto de 51 diputados destituidos el mes pasado. Velásquez salió en medio de un tumulto resguardado por varios policías, pero los manifestantes arrollaron al grupo y consiguieron golpear al presidente del Tribunal Constitucional, al que gritaban «traidor». Los agentes lograron finalmente llevar a Velásquez a un autobús blanco, que esperaba en las puertas del Tribunal, y se alejaron del lugar velozmente, sin que se haya informado de personas lesionadas. Tras la salida de Velásquez, los manifestantes, que ocuparon durante más de cuatro horas la sede del Constitucional para protestar contra la decisión de ese organismo de restituir en los cargos a los diputados destituidos el mes pasado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), abandonaron el lugar y se disolvieron. Los ocupantes, que sumaban varias decenas, pertenecían a la Federación de Estudiantes Universitarios y el Movimiento Popular Democrático, y entraron por la fuerza en la sede del TC en Quito, donde accedieron a los pisos noveno y décimo en los que están las oficinas de los vocales y la sala de plenos. Al producirse la ocupación, los vocales del Tribunal fueron protegidos por la guardia policial del organismo, que los mantuvo en oficinas no determinadas hasta que consideró segura su salida. Los empleados del Tribunal Constitucional, según dijo a Efe por teléfono una de las trabajadoras, tampoco pudieron abandonar el edificio durante las horas de ocupación, pues se lo impidieron los manifestantes. En declaraciones a emisoras locales, los manifestantes, en actitud beligerante, aseguraron que mantendrán sus movilizaciones para impedir que se haga efectiva la resolución adoptada por el Constitucional de devolver sus escaños a los 51 diputados.