Ségolène intenta con poco éxito camelarse al centrista Bayrou

Ségolène Royal, candidata socialista al Elíseo, y François Bayrou, postulante centrista eliminado en la primera vuelta con el 18,5% de los votos, acercaron posturas este sábado en un diálogo público inédito en Francia pero sin llegar a acuerdos electorales para la cita definitiva con las urnas el próximo domingo. Para la primera mujer con posibilidades reales de acceder a la Jefatura del Estado francés fue una especie de ensayo general con vistas al tradicional cara a cara, programado por radios y televisiones el próximo miércoles, con el otro finalista y gran favorito de los sondeos, el conservador Nicolas Sarkozy. El debate, o diálogo, como prefirieron denominarlo los protagonistas, se celebró en un hotel cercano a las Tullerías y se contagió del tono cortés, versallesco y de guante blanco propio al vecindario histórico con los fantasmas de la realeza. Primaron el talante positivo, el ambiente cordial, la distensión amable, las sonrisas incluso cómplices, el buen humor y hasta las bromas. Ni siquiera las escasas menciones a Sarkozy crisparon la agradable sintonía entre la heroína rosa y el Che naranja. «En el mapa escolar, Ségolène Royal y Nicolas Sarkozy están más bien en la misma línea», opinó Bayrou. «Déjeme a mí misma definir mis convergencias y divergencias con la persona que acaba de citar», replicó la socialista sin perder su sempiterna sonrisa. Otro ejemplo. En un momento dado, Royal vio en Bayrou un excelente defensor del pacto presidencial, el nombre con el que ha bautizado su programa electoral. «Si no tiene más que defensores como yo, tiene motivos para inquietarse», respondió el centrista, burlón. El mano a mano concluyó al cabo de casi dos horas entre carcajadas. Uno de los cuatro moderadores les planteó si tendrían inconveniente en vivir juntos... en una partido socialdemócrata. «Me ha asustado», reaccionó Bayrou. Royal apostlló: «También se llama François, pero no exageremos». François Hollande, primer secretario del Partido Socialista (PS), es su compañero y padre de sus cuatro hijos. A modo de resumen, Bayrou constató convergencias de fondo desde el punto de vista institucional y de evolución de la democracia francesa. Pero resaltó los desacuerdos en materia de orientación económica por entender que el proyecto de Royal multiplica las intervenciones del Estado. Más atenta a poner de manifiesto las coincidencias, Royal dejó abierta la posibilidad a un acercamiento futuro entre la UDF y el Partido Socialista.