Los españoles no tomaron parte a pesar de producirse la acción en su área de operaciones
Un ataque de la Otan en la zona de control español mata a 130 afganos
La ofensiva provoca una insurrección popular en Shindand, donde murió la soldado gallega
La tierra sobre la que dejó su vida la soldado gallega Idoia Rodríguez Buján ha estallado. El fuego de morteros, los combates con fusiles y los bombardeos aéreos apenas han callado en las últimas 72 horas en el valle de Zerkoh, en el distrito de Shindand, a unos pocos kilómetros de donde murió la joven de Friol y a menos de cien de la principal base española en Afganistán. Tropas de Estados Unidos, afganas y de otros países de la Otan han lanzado allí una gran operación contra lo que llamaron «posiciones talibanes» que se ha saldado con 137 afganos y un soldado norteamericano muertos. Los españoles no han participado más que para evacuar un par de heridos, a pesar de que es su zona de responsabilidad. Ayer, la población de Shindand, harta de unos ataques que consideran injustificados, se lanzó a las calles para protestar en lo que ya es toda una insurrección popular. «Han matado a un montón de niños y mujeres. No talibanes. Aquí no hay talibanes. Es la gente del pueblo la que lucha contra los norteamericanos porque nos atacan», dijo Abdul Gafur, uno de los participantes en la protesta. En medio de la ira, los manifestantes quemaron los principales edificios del Gobierno y desafiaron al Ejecutivo de Kabul a mandar a alguien a investigar lo sucedido y a negociar una disculpa norteamericana. Si no llega hoy, se declararán contrarios al Gobierno y a la Otan. Eso equivale a sumarse a los talibanes. Versiones encontradas La Otan divulgó ayer un detallado parte de batalla en el que narra su versión de los hechos. Sus fuerzas se vieron envueltas en dos jornadas de combates. La primera, el viernes, cuando un patrulla sufrió una emboscada en Zerkoh. Ellos respondieron, mataron a 49 afganos y perdieron a un soldado. La segunda, el domingo, cuando fuerzas de EE. UU. detectaron «movimientos talibanes» en la zona. El combate duró 14 horas y los soldados necesitaron el apoyo de un bombardero que machacó la zona y acribilló a los que se batían en retirada. Otros 87 muertos. El comunicado de la Otan se cerraba con una cita victoriosa del portavoz norteamericano, el mayor Chris Belcher: «Los talibanes no son rival para las tropas de la coalición». Sin embargo, los vecinos de la zona, entre los que se incluye el jefe del distrito de Shindand, contaban ayer otra versión. Según ellos, el miércoles pasado las tropas norteamericanas asaltaron la vivienda de Niangaley, el hijo de Amanullah Khan, el que fuera el señor de la guerra de Shindand. Los estadounidenses se llevaron con ellos a dos afganos. «Confundieron a uno con el que era la mano derecha de Amanullah. El viernes volvieron a intentar el asalto, pero la gente se defendió », dice Abdul Gafur. El jefe del distrito de Shindand confirmó esta versión y condenó el asalto norteamericano,porque, en su opinión, empeora las cosas