Un partido nacionalista se encamina a ser la principal fuerza política en territorio escocés
Todos los sondeos apuntan a que los electores pasarán factura a Blair
Movilización, sin precedentes, de la prensa londinense para detener el voto independentista Los pa
Los sondeos pronosticaban anoche que el Partido Laborista sufriera unos de sus peores resultados electorales en veinte años en las elecciones municipales de Inglaterra, y las autonómica en Gales y Escocia, celebradas ayer. Los diarios de Londres se movilizaron ayer para detener la prevista victoria del nacionalismo escocés de manos de su líder Alex Salmond, que se ha dado un plazo de cuatro años para convocar un referéndum sobre la independencia. Los resultados oficiales se conocerán hoy. Eran 39 millones los británicos llamados a las urnas y las previsiones anoche hablaban de millones de votos los perdidos por el laborismo, lo que representaría una salida humillante de Blair de Downing Street tras diez años como primer ministro. La próxima semana la vivienda oficial del premier anunciará la fecha de su dimisión y el inicio del proceso de designación de su heredero, el actual ministro de Economía Gordon Brown. Pérdidas Los cálculos durante la tarde arrojaban una pérdida de 750 concejales de los 2.385 con los que contaba, y alcaldías como las de Sheffield, Blackpool, Lincoln, Plymouth y Blackburn estaban amenazadas. Hasta ayer, el partido de Blair contaba con el 28% de los 21.892 concejales de Inglaterra, su posición más débil desde 1973, frente a los conservadores con el 39%. Para esta formación las elecciones también fueron el primer examen importante de su actual líder David Cameron. Los conservadores han puesto su objetivo en la obtención de alcaldías en el sur de Inglaterra, feudo tradicional tory y del que han estado ausentes desde 1997. Y mientras que en Gales el laborismo luchaba por retomar el control de la Asamblea de Cardiff, perdida en el 2005, la atención se centraba en Escocia donde se vaticinaba un cambio histórico en la tendencia del voto. Los laboristas gobiernan en coalición con los liberales demócratas y ayer se eligió la formación de su futuro Parlamento compuesto por 129 escaños, así como el color de sus ayuntamientos. El futuro premier británico, Gordon Brown, se encontraba ayer en Edimburgo y aunque él hablaba de cierta recuperación del voto laborista -en un deseo por evitar una humillante derrota-, las encuestas a pie de urna a primera hora de la tarde daban ya un margen de ventaja a los nacionalistas del Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Salmond. Según los sondeos, el SNP podría obtener 45 de los 129 escaños que están forman el Parlamento frente a los 39 de los laboristas. Al no alcancar los 65 escaños para formar gobierno, Escocia vivirá desde hoy el juego de las coaliciones, laboristas por un lado y nacionalistas por otro con liberales, verdes y tories.