| Análisis | Según quién gane, así actuará |
Dos versiones para los 100días
Desde la época de Napoleón, los primeros 100 días de gobierno son una referencia para el pueblo francés y los dos candidatos de la segunda vuelta de las presidenciales, el conservador Nicolas Sarkozy y la socialista Ségolène Royal, han dejado claro cuáles serán sus prioridades durante los primeros meses de su mandato. Sarkozy tiene como primer objetivo convocar una sesión extraordinaria del Parlamento para votar varios proyectos de ley, entre ellos uno sobre la inmigración, que endurecerá las condiciones de la reagrupación familiar, otro sobre la delincuencia juvenil, varias medidas de carácter fiscal y una norma que garantice los servicios mínimos en los transportes. «Quiero que la política regrese, la verdadera política. Todo lo que he dicho, lo cumpliré. Mantendré escrupulosamente mis promesas. Esta campaña presidencial es la elección de toda una vida y me preparé a fondo para ello. Si los franceses me otorgan su confianza no les traicionaré, no les mentiré», afirma el candidato conservador. Royal, más social, se centrará en impulsar el empleo juvenil, se esforzará en subir los salarios mínimos y en aprobar una ley contra la violencia de género. «Si soy elegida presidenta, habrá un cambio profundo de la presidencia de la República, en su estilo y sus valores», explica Royal. Además, para Nicolas Sarkozy, favorito de la segunda vuelta, una de las prioridades será viajar inmediatamente a Berlín y Bruselas con el fin de volver a situar a Francia en el corazón de Europa. En el ámbito interno, el líder de la derecha se concentrará en la inmigración. Sarkozy desea restringir la entrada y permanencia de clandestinos en Francia y exigirá para la reagrupación familiar que un inmigrante tenga un salario y una casa antes de hacer venir a los suyos. Medidas fiscales En el ámbito fiscal, quiere impulsar inmediatamente medidas para exonerar de impuestos las horas extraordinarias de trabajo, otorgará ventajas tributarias para quien compre un apartamento, y suprimirá los derechos de sucesión para patrimonios pequeños y medios. Por su parte, Royal, que se presenta como la candidata del cambio, mostrará a quien la eligió que las cosas «pueden transformarse rápidamente». Por ello, de resultar elegida, se empeñaría en reducir el desempleo juvenil, «la prioridad de su gobierno». . Al mismo tiempo, Royal desea organizar en junio una conferencia sobre el crecimiento económico y los salarios. La socialista desea aumentar en un 5% la remuneración mínima, incrementar las jubilaciones más precarias y las indemnizaciones para discapacitados. En otoño, convocará un referéndum sobre la reforma de las instituciones, que incluirá entre otros la introducción de un nuevo sistema de representación electoral, más proporcional, la instauración de jurados de ciudadanos o la aprobación del voto de extranjeros en las elecciones locales. A partir del próximo año escolar, la candidata socialista desea restablecer los medios materiales suprimidos en la educación pública por el Gobierno de derecha precedente e introducir un puesto escolar gratuito y obligatorio para los alumnos con problemas. Por último, Royal desea reducir el nivel de vida de los ministros y el despilfarro del Estado. Su Gobierno sería más reducido, con sólo 15 ministros y con igual número de hombres y mujeres, a imagen del Gobierno español .