Los militantes pronostican que su sustituta perderá el escaño
Royal se retira de las legislativas y renuncia a liderar la oposición
Continúa la regla socialista de no acumular cargos y seguirá de presidenta de su región
La ex candidata socialista a la presidencia de Francia, Ségoléne Royal, ha decidido no presentarse a la reelección como diputada en su departamento de Deux-Sèvres al que representa desde el año 1988. «Hay que ser consecuente entre lo que se dice y se hace», aseguró Royal, que hizo de su oposición al cúmulo de cargos públicos uno de sus caballos de batalla electorales en la última campaña. Seguirá no obstante en la región de Poitou-Charentes, que preside desde el año 2004. Convencida de que «hay que ser fiel a los principios», Royal deja la plaza a la joven secretaria de seguridad Delphine Batho, protegida de su asesor Julián Dray y que ha sido recibida en la circunscripción como una «intrusa parisina». Los militantes socialistas no se resignan, pronostican que la sustituta de Royal perderá el escaño y han empezado a recoger firmas para que Ségoléne reconsidere su decisión y se presente a la reelección. No le queda mucho tiempo. El Partido Socialista abre entre el 14 y el 18 de este mes el plazo para la presentación de las candidaturas a las elecciones legislativas del 10 y 17 de junio. No lideraría la oposición Si mantiene su decisión de quedarse fuera del Parlamento, Royal no podrá liderar la oposición en Francia, tal y como sugirió su entorno tras la derrota del pasado día 6. Si quiere asumir un papel protagonista en la renovación del socialismo francés, no le queda otra opción que hacerse con el control del partido en el próximo congreso. El secretario general sigue siendo mientras tanto su compañero François Hollande. El equivalente al Comité Federal aprobará hoy un proyecto de programa que tiene muy poco que ver con el «pacto presidencial» de Ségolène Royal, que ayer recibió el inesperado consuelo de su rival en las primarias, Dominique Strauss-Kahn. Quiere hacer olvidar sus duras declaraciones de la noche de la derrota, cuando se precipitó a declararse «disponible» para la renovación del partido: no era contra ella, que «hizo que la gente se moviera» sino por el «dolor» de los resultados. De cara al futuro, ataca en cambio a Hollande y su propuesta de gestión colectiva de la campaña al Parlamento, porque no está de acuerdo con «la unanimidad como estrategia».