La Otan y la UE critican a EE.UU.por las matanzas de civiles afganos

Por muy difícil que resulte creerlo, ayer nadie parecía saber en Afganistán quién había mandado a sus aviones a bombardear una aldea de Kandahar donde se alojaban supuestos talibanes. La OTAN negó haber jugado ningún papel y el portavoz estadounidense aseguró que había oído algo pero que no podía confirmarlo. Al final tuvo que ser el jefe del distrito bombardeado, Haji Khairroudin, quien admitió a éste periódico que había habido una operación conjunta afgano- estadounidense y que, a consecuencia del bombardeo, habían muerto once talibanes (no 66 como se había dicho), entre ellos dos importantes comandantes. En medio de la crisis que vive la OTAN en Afganistán por las matanzas de civiles en los bombardeos contra posiciones talibanes, nadie parecía querer hacerse cargo del ataque. Por si se era otro error. Y es que el horno no está para bollos. El ministro alemán de Defensa, Franz Josep Jung, cuyo país ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea, criticó el lunes ante la OTAN las operaciones de las tropas bajo mando estadounidense. Demasiados civiles muertos en sus acciones unilaterales. «Debemos hacer que las operaciones no se realicen de esa forma. Si ponemos a la población en nuestra contra, no será una victoria», agregó. No fue el único. España, a través del ministro Moratinos, hizo saber su descontento, al igual que otros miembros de la UE. Justos por pecadores En el fondo, entre los países que tienen tropas en Afganistán parece extenderse el temor a que sean sus soldados los que paguen el descontento de los afganos con unas acciones que emprenden los norteamericanos. La raíz del problema está en que en Afganistán conviven dos misiones muy diferentes. Una comandada por la OTAN, que toma el nombre de ISAF y cuyo cometido es estabilizar el país y reconstruirlo. Dentro de ésta hay tropas norteamericanas. La ISAF ha criticado misiones de EE.UU. y pedido una mayor coordinación para mejorar las operaciones. Paralelamente, EE.UU. lidera una coalición de países cuyo único objetivo parece ser la caza de terroristas. Bajo esta misión están todas sus fuerzas especiales, que actúan dónde y cómo quieren.