Un policía consigue escaparse de las FARC caminando 18 días por la selva tras nueve años secuestrado La policía lusa interroga a un ciudadano ruso por el secuestro de Madeleine «Le considero como hermano»
El policía John Frank Pinchao, quien se fugó de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) después de casi nueve años secuestrado, declaró que planeaba huir desde hacía dos años, hecho que logró el pasado 28 de abril, y agregó que caminó por la selva durante 18 días. El policía fue secuestrado por las FARC el 1 de noviembre de 1998 durante un ataque a Mitú, capital del Vaupés, donde murieron 16 policías, 50 quedaron heridos y otros 54 fueron secuestrados, de los que sólo quedan cautivos cinco después de la fuga de Pinchao. Más tarde se presentó a los medios de comunicación y mostró una cadena con candado con la que, según dijo, lo encadenaban varias horas al día. El policía saludó a sus compañeros que quedaron en la selva y, en medio de sollozos, les pidió resistir con fe. «A mis compañeros que quedaron allá, espero que regresen pronto, sé que algún día verán la luz de la libertad, les envío un abrazo, que Dios los proteja», afirmó. Explicó que resolvió escaparse el pasado 28 de abril aprovechando la lluvia y un descuido de la guardia y caminó sin comer ni beber hasta que llegó a una aldea de indígenas, en la que perdió el conocimiento y fue alimentado por los nativos y ayudado a contactar una patrulla antinarcóticos que estaba cerca. «Nos encadenan del cuello de uno al cuello de otro por parejas con cadenas de metal y candados a las 6 de la tarde. Dormíamos con ellas hasta las 10 de la mañana del día siguiente», precisó Pinchao.Añadió que los guerrilleros cambian a los rehenes de lugar cada tres o cuatro meses. La fuga de John Franck Pinchao se conoció horas antes en Mitú y el policía fue trasladado a Bogotá, donde fue sometido a exámenes médicos. Pinchao formaba parte del grupo de 57 políticos, soldados y policías secuestrados por las FARC, que quieren canjearlos por 500 insurgentes presos. Su huida es la segunda del grupo de secuestrados tras la del ahora ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo, que estuvo cautivo desde el 2000 hasta el pasado 31 de diciembre, y se congratuló con el policía, a quien llamó «hermano» y le ofreció ayuda para volver a la normalidad. Su esposa, Margot Zambrano, declaró que nunca perdió «la esperanza» en casi nueve años y casi no se lo creía cuando le dijeron que su esposo estaba libre. Dos semanas después de la desaparición de Madeleine McCann, la policía no encuentra pistas sólidas de la niña británica de 4 años pese a que, acosada por la fuerte presión de la prensa, ha creado gran expectación sobre sus testigos y sospechosos. El último de ellos un informático ruso de 22 años, identificado como Sergey Malinka, fue interrogado y puesto en libertad en la madrugada de hoy mientras era perseguido por una multitud de periodistas que intentaban seguir la «pista rusa» de la desaparición de Madeleine. El nombre de Malinka había sido filtrado por fuentes policiales a medios lusos, que en algún caso le vincularon con violencia sexual y pederastia, mientras la policía desmentía oficialmente su existencia para luego admitir que le había interrogado sólo como testigo. Al igual que Robert Murat, el sospechoso oficial pero no admitido públicamente por las autoridades, el joven ruso declaró a los periodistas que no tenía nada que ver con el caso y que le estaban arruinando la vida. Los policías llegaron a Malinka por la minuciosa investigación que realizan del entorno de Murat, un británico de 33 años de padre portugués que vive, como el ruso, cerca del hotel donde desapareció la niña, y a quien el informático le hizo una página web. También como en el caso de Murat, en cuyas propiedades, del tejado al sótano, no ha quedado una piedra sin remover,. El ministro colombiano de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo, quien estuvo secuestrado seis años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), celebró la fuga del policía John Frank Pinchao, que también estaba en poder de ese grupo desde 1998. El canciller Araújo, que también se evadió recibió «con muchísima alegría el regreso de John Frank Pinchao a la civilidad, a su casa, a su hogar». «Yo lo considero un hermano mío porque mientras estuve secuestrado escuché con mucha frecuencia (por radio) los mensajes que le mandaba su familia, los mensajes de esperanza y fortaleza», manifestó Araújo, que calificó al policía de «un hombre sobre todo valiente y decidido»