Diario de León
Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

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LA SÚBITA reaparición en Trípoli de una pequeña milicia islamo-palestina que se había hecho notar el año pasado no está relacionada en primera instancia con el complejo escenario político-institucional en Líbano y eso traduce debilidad y provee al gobierno -una vez no son veces- una especie de consenso sobre operar a fondo y sin contemplaciones. De hecho, estos erráticos y ultraminoritarios militantes palestinos son una guardia confesional de un gran campo de refugiados junto a la mencionada ciudad, el de Nahr al-Bared y si no se hubieran dedicado a robar un par de bancos y se hubieran desacreditado rozando el bandidaje político, no sucedería hoy lo que sucede: el ejército no hace esta vez distingos confesionales y no hay gran oposición social a su acción. Dicho en tres palabras, al-Fatah al-Islam no es Hezbollah, ni podrá serlo nunca. Es una escisión de otra previa (al-Fatah-Intifada) que nació al calor del primer levantamiento palestino y del que se dijo entonces, con bastante razón probablemente, que tenía respaldo y/o financiación de Siria. Pero Damasco tiene sólidos apoyos políticos y militares en la escena convencional libanesa -incluyendo al acreditado (por su exitoso combate contra Israel) Hezbollah- y a una parte grande de la opinión pública, y no necesita a ladrones de bancos que dicen obrar en nombre de la 'sharia'. En este contexto no sería raro que el grave incidente sea circunscrito al área de Trípoli y no tenga capacidad alguna de alterar el delicado escenario libanés, ahora pendiente sobre todo de cómo ordenar el relevo consensuado del pro-sirio presidente de la república, Emile Lahoud, para lo que han comenzado gestiones prometedoras a cargo del cardenal Sfeir en el campo maronita. Lo verdaderamente grave está muy al sur, en Gaza, donde ha vuelto la política israelí de ejecuciones selectivas que, si puede, matará a todo el liderazgo de Hamas, el partido-milicia que ganó las elecciones y sigue dando muestras de una correosa capacidad de resistencia. De hecho, lo sucedido en los últimos meses se resume muy bien en la apreciación, un punto irónica todavía, de que Hamas se ha convertido en el Hezbollah de Gaza. O, si se prefiere, en el Hezbollah palestino, una posibilidad poco estimulante para Israel.

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