Muere un sargento español al volcar su vehículo en Afganistán

Un sargento del contingente español destinado en Afganistán murió ayer por las heridas sufridas al volcar el vehículo en el que patrullaba junto a otros tres compañeros en la provincia de Badghis. Otros dos militares sufrieron heridas leves en el mismo accidente, mientras que el cuarto ocupante resultó ileso. El fallecido es Juan Antonio Abril Sánchez, de 31 años, casado y natural de Zaragoza. Estaba destinado en el Regimiento de Cazadores de Montaña 'América 66', con base en Pamplona. Abril fue rescatado y evacuado en helicóptero hasta el hospital Role 2, en Herat, pero los médicos no pudieron evitar su fallecimiento a consecuencia de las heridas sufridas. Los dos militares heridos son Jacobo del Cristo Pérez Salas, de 21 años, soltero y nacido en Santa Cruz de Tenerife; y Juan Pablo Balarezo Delegado, de 23 años, también soltero y natural de Quito, capital de Ecuador. Ambos tienen heridas leves y se recuperan en el hospital de Herat. Tanto Pérez Salas como Balarezo pertenecían a la misma unidad que el sargento de Infantería fallecido. El cuarto ocupante no sufrió heridas. Los cuatro militares participaban en una patrulla de reconocimiento en el distrito de Qades, en la provincia de Badghis, en un vehículo Vamtac que volcó a las 12,40 hora local afgana (10,10 horas hora española) en una vaguada por razones que hasta ahora se desconocen. El accidente se produjo a 25 kilómetros al norte de la ciudad de Qala e Naw, donde tiene su acuartelamiento el equipo de reconstrucción provincial del contingente español. El vehículo accidentado pertenecía a este equipo. Con la muerte del sargento Abril se eleva a 83 el número de militares españoles muertos en Afganistán desde que comenzó su labor la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en 2002. El grueso de los fallecidos se produjo en el accidente del Yak-42 en Turquía cuando regresaban del país asiático a España. En el siniestro perdieron la vida 62 uniformados. El 21 de febrero pasado falleció también la soldado Idoia Rodríguez Buján, de 23 años y natural de la población lucense de Frial. La militar murió al explotar bajo el vehículo en que viajaba una mina de alta potencia cuando patrullaba a 40 kilómetros de la base de Herat.