Las discrepancias más relevantes
Cambio climático. La propuesta alemana de reducir las emisiones un 50 por ciento en el 2050 respecto de los niveles de 1990 ha sido rechazada. Salvo el bloque europeo, ninguna de las grandes potencias del G8 está dispuesta a fijar compromisos vinculantes sobre reducción de gases de efecto invernadero, y tampoco a defender que el acuerdo que deberá suceder a partir 2012 a Kioto y fraguarse al amparo de la ONU. Nuclear. El consenso alcanzado en Kananaskis (Canadá) podría romperse aqui, si finalmente se imponen las reticencias del G8 a seguir prestando ayuda financiera a Rusia -20.000 millones de dólares en diez años- para el control del desmantelamiento de su equipo nuclear más obsoleto. Italia y Canadá, por otra parte, reclaman el fin de la moratoria a la transferencia tecnológica del uranio. Fondos de alto riesgo. Las posiciones en el seno del G8 sobre la necesidad de una mayor transparencia en «hedge fonds» son contrapuestas. Los anglosajones, se oponen a fijar un código de conducta propuesto por Alemania y a la intervención política. Kosovo. Las diferencias sobre Kosovo son notorias entre Rusia y EEUU y la Unión Europea. Moscú rechaza la independencia de Kosovo contra los deseos de Serbia y no descarta ejercer su derecho de veto si el Consejo de Seguridad somete a votación la resolución de independencia bajo tutela internacional propuesta por el mediador de la ONU, Martti Ahtisaari. África. La cooperación en África se ha convertido contra todo pronóstico en otro de los escollos a superar en Heiligendamm. Todos quieren enviar una fuerte señal de solidaridad con el continente e incrementar la contribución a la lucha contra el Sida, pero no hay acuerdo sobre el monto ni los canales. Washington prefiere su programa Pepfar al Fondo Global. Escudo antimisiles. Los planes de Estados Unidos de extender a Polonia y la República Checa las bases de su escudo antimisiles no está incluido en el temario de la cumbre, pero planeará en las discusiones y determinará el encuentro entre los presidentes Bush y Putin. Sudán. Francia, con el apoyo de los países europeos del G8, aboga por la creación de un corredor humanitario que alivie la situación en la región sudanesa de Darfur. El resto de mieembros mantiene, aunque en distinto grado, reservas a la propuesta por los muchos interrogantes jurídicos y operativos.