La estación ubicada en Azerbaiyán haría innecesaria la proyectada en la República Checa
Putin ofrece a Bush un radar para un escudo antimisiles conjunto
El presidente de EE.UU. ve «interesante» la oferta y llama al dirigente azerí Un escudo para hacer
El presidente ruso, Vladimir Putin, propuso ayer a su homólogo estadounidense, George W. Bush, un escudo antimisiles conjunto, que proteja a los dos países y a Europa, y ofreció como primera alternativa una estación de radares en Azerbaiyán para formar parte de ese sistema defensivo. Tras días de confrontación y amenazas que desenterraron viejos ecos del lenguaje de la guerra fría, Putin sorprendió a la Casa Blanca con una propuesta detallada de cooperación. La respuesta de Washington fue positiva y Bush calificó la idea como «interesante», en una comparecencia conjunta tras una reunión bilateral al margen de la cumbre del G-8. Más que los detalles específicos de la propuesta, lo que ha agradado a la Casa Blanca es que el Kremlin, por primera vez, haya aceptado la idea de participar en un sistema defensivo conjunto que reste incentivos a países como Irán de desarrollar cohetes de largo alcance para amenazar a sus potenciales enemigos. «Lo que percibimos es la disposición de un presidente ruso de cooperar y participar de manera real en la defensa contra misiles balísticos, algo que hemos pedido a los rusos desde hace casi 15 años», dijo Stephen Hadley, consejero de Seguridad Nacional. Específicamente, Putin propone un sistema de detección de cohetes hostiles que proteja a su propio país, EE.UU. y a toda Europa. En cambio, la propuesta estadounidense dejaría fuera a parte del continente europeo, incluidos España y Portugal. Para ello, sugirió usar el radar situado en Gabalá, a 250 kilómetros de Bakú, la capital de Azerbaiyán. Rusia pasaría de forma inmediata la información recogida por sus sensores en ese centro a EE.UU. y, presumiblemente, a Europa. Esas instalaciones harían innecesaria, a juicio de Moscú, la construcción de un radar en la República Checa, como pretendeWashington. En la comparecencia con Bush, Putin dijo que el miércoles habló con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, y que éste accedió al plan. El propio Bush llamó ayer a Alíev para saber su parecer, según un portavoz adjunto del Kremlin. No obstante, Putin considera «prematuro» el despliegue de misiles interceptores para derribar proyectiles hostiles. Como él mismo explicó a la prensa, Rusia y EE.UU. detectarán cualquier prueba que Irán pudiera hacer con misiles de largo alcance, de los que aún no dispone. Por su parte, Estados Unidos cree que la oferta rusa «ofrece la perspectiva de intentar superar las diferencias sobre este tema», según Hadley, después de que Rusia amenazara con apuntar sus misiles a Europa si seguía con su planes. Hadley afirmó que en principio, no se oponen al uso del radar. Más conflictivo es el asunto de los interceptores, que la Casa Blanca quiere desplegar de inmediato.