A poco de la venida de Brown

No es raro que Reino Unido llegue a las cumbres de la UE planteando más problemas que soluciones, ya que el euroescepticismo de sus ciudanos hace que a sus líderes les cueste inclinarse hacia el compromiso. Pero el caso de Tony Blair parece enfermizo. Después de aceptar íntegramente la Constitución, exige modificaciones de calado que sabe inasumibles para otros países, como España, que se vería forzada a celebrar un nuevo referéndum si las aceptase. No es broma: a Blair le quedan cinco telediarios, y Sarkozy ha tratado de suavizar su posición proponiéndole como futuro presidente de la UE. Será difícil justificar que merezca el cargo si no pone todo de su parte para llegar hoy a una solución.