La condena unánime en el país africano va desde el Gobierno a los jefes de tribu

El Gobierno yemení, los partidos políticos y jefes tribales condenaron como «criminal» y «cobarde» el atentado suicida que causó esta tarde la muerte de siete turistas españoles y dos yemeníes, y heridas a otras ocho personas, incluidos seis españoles. «Esta acción criminal no tiene nada que ver con los hijos de la civilización yemení, que anuncian su total apoyo al Estado y a las fuerzas de seguridad contra los responsables de esos actos de sabotaje», dice un comunicado firmado por líderes de partidos políticos y jefes tribales. La nota insta al Gobierno de Saná a que persiga y castigue a los responsables del ataque, perpetrado por un suicida al volante de un coche cargado de explosivos cerca del Templo de Mahram Pelques, a unos 170 kilómetros al este de Saná. El Consejo Municipal de Mareb, donde ocurrió el ataque, distribuyó, por su parte, un comunicado en el que expresa las condolencias de Yemen a las familias de las víctimas, y considera que esa acción terrorista también tuvo como blanco «el turismo, la economía y la estabilidad de Yemen». «Este ataque cobarde fue dirigido contra unas personas inocentes que visitaron nuestro país para conocer a nuestro pueblo y a la civilización yemení», señala otra nota difundida por el Consejo Municipal de la provincia de Hadramaut, en el este del país árabe. El presidente de Yemen, Ali Abdulá Saleh, expresó sus condolencias al Gobierno y al pueblo de España, así como a las familias de las víctimas, en una conversación telefónica con el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero. Saleh condenó como «atroz» el ataque contra los turistas españoles, del que las autoridades responsabilizan a la red terroristas Al Qaeda.