Las secuelas que dejan ocho años
Las enfermeras protagonistas del terrible caso narran los malos tratos que sufrieron en las cárceles
«Los seis secuestrados sufren secuelas psicológicas a causa de su larga detención en un espacio cerrado y de las torturas que les fueron infligidas para declarar», indicó el hospital militar de Sofía, donde se someten desde ayer a exámenes médicos. El director del centro hospitalario, Stoian Tonev, dijo que los pacientes y sus familias «atraviesan ahora la etapa más dura», y que era «difícil predecir cómo reaccionarán a la descompensación, tras un largo período de estrés». Desde su liberación, las enfermeras han evitado hablar en sus entrevistas con la prensa búlgara de las acusaciones de torturas que formularon. «Quiero olvidar los horrores que hemos vivido. No quiero hablar de ello e incluso he omitido a mis padres los detalles de lo que realmente he sufrido», confesó el martes Snejana Dimitrova, de 54 años, a la televisión bTV. La madre de la enfermera Kristiana Valcheva, Zorka Anachkova, dijo que su hija fue interrogada desnuda y con los ojos vendados. «Y cuando pedía agua, una vigilante le metía el zapato en la boca», declaró.