Diario de León

Afganistán confía en la negociación pero no dudará en utilizar armas «si no hay otra opción» | Análisis | Diplomacia armada |

Los talibanes amenazan con matar a los rehenes si intentan su rescate Un serbio mata a nueve personas tras una discusión conyugal Moratinos cree que es posible la paz en Oriente Medio Métodos radicalmente diferentes

«Si el Ejército nos ataca no podrán llevárselos vivos», aseguró un portavoz de los integristas EE.UU. utiliza la conces

El portavoz del Ministro del Interior afgano, Zamarai Bashari, durante una rueda de prensa en Kabul

El portavoz del Ministro del Interior afgano, Zamarai Bashari, durante una rueda de prensa en Kabul

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Javier Fernández Arribas - efe | kabul efe | belgrado efe | el cairo madrid

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El secuestro de los 22 surcoreanos en Afganistán entró ayer en su noveno día con la negativa de las autoridades a descartar el uso de la fuerza como último recurso para liberarlos, una medida que, según los rebeldes, causará la muerte de los cautivos. En una nueva jornada de negociaciones en la provincia suroriental afgana de Ghazni, donde tuvo lugar el secuestro, el viceministro de Interior afgano, Munir Mangal dijo a Efe que, de no encontrar una solución pacífica para conseguir la liberación de los 22 rehenes, el último recurso podría ser el uso de la fuerza. «Las conversaciones prosiguen e intentaremos resolver la situación mediante negociación, pero si no hay otra opción, usaremos medios militares como último recurso para lograr la libertad de los rehenes», dijo Mangal. Las declaraciones de Mangal causaron una rápida reacción entre los talibanes, cuyo portavoz, Qari Yousef Ahmadi, advirtió de que cualquier agresión contra ellos llevará a una respuesta fuerte por los guerrilleros del grupo que, según él, están bien preparados. «Tenemos suficientes fuerzas para defender nuestra posición, pero incluso si intentan atacarnos no podrían llevárselos vivos», amenazó Ahmadi. La preocupación por la suerte de los rehenes aumentó este miércoles, cuando los talibanes ejecutaron al pastor protestante Bae Hyung-kyu, de 42 años, que lideraba el grupo humanitario. Los rebeldes le dispararon con la excusa de que Bae, cuyo cadáver apareció con diez marcas de bala, estaba muy enfermo y no podía caminar. Las negociaciones han entrado en una nueva fase con la llegada anoche a Kabul de un enviado especial de Seúl, Baek Jong-chu, secretario jefe de Seguridad y Política Internacional, quien tiene previsto reunirse con el presidente Hamid Karzai, para buscar una salida al secuestro. Según la agencia coreana Yonhap, Baek solicitará a Karzai que muestre flexibilidad con las demandas de los guerrilleros y que, a petición personal del presidente de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, convierta este asunto en una prioridad de su gobierno. Las negociaciones con los talibanes han sido dificultadas por los propios desacuerdos entre las tres facciones rebeldes que custodian a los rehenes, que tienen demandas distintas. Nueve personas murieron y dos resultaron heridas de gravedad por los disparos al azar de un hombre con su escopeta de caza en la aldea de Jabukovac, en el sureste de Serbia, informó ayer la policía. El asesino fue arrestado ayer de madrugada en el cementerio local, tras haber intentado suicidarse. Las dos personas con heridas graves han sido trasladadas al hospital de la cercana ciudad de Nis, y sus vidas están en peligro. El jefe de la policía local, Rodoljub Milovic, indicó que el asesino, Nikola Radosavljevic, de 38 años de edad, tuvo una disputa ayer por la tarde con su esposa, tras la cual salió a la calle y disparando de forma aleatoria mató primero a tres personas y luego a otros seis, en total cuatro mujeres y cinco hombres. El ministro serbio del interior declaró que el suceso de Jabukovac «es un drama, por primera vez en esta zona alguien comete un asesinato masivo». El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dijo ayer en Egipto que «se ha abierto una ventana de oportunidad» para la paz en Oriente Medio y que las partes implicadas no deben dejar escapar esta ocasión. Moratinos compareció ante la prensa junto al secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa, después de entrevistarse con él, y recordó la «autoridad» del presidente palestino Mahmud Abás a la hora de negociar una solución al conflicto. «No estamos acostumbrados a iniciativas como las más recientes, que han abierto una ventana de oportunidad que espero que cristalice pronto», señaló, en referencia a los últimos movimientos diplomáticos en la región. Moratinos mantuvo ayer con Musa, el jefe de los servicios de seguridad egipcios, Omar Suleimán, y el titular egipcio de Exteriores, Ahmed Abul Gheit, sus últimas entrevistas a su paso por Egipto, en una gira regional que también le llevará a Arabia Saudí, Líbano y Siria. La diplomacia internacional está movilizada para evitar un nuevo verano sangriento en Líbano que provoque, además, un empeoramiento de la situación en una región donde Irak marca la pauta negativa, seguida de Afganistán y Palestina y con la amenaza constante del programa nuclear de Irán. En este contexto se inscribe la ofensiva diplomática en la zona por parte de la Liga Árabe, España y Estados Unidos. Los métodos son radicalmente diferentes. El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, recorre Egipto, Arabia Saudí, Líbano y Siria, en un intento de conseguir apoyos para que Madrid sea el escenario de la Conferencia Internacional sobre Líbano que ha propuesto el presidente norteamericano, George Bush. Un nuevo Madrid 2, simplemente por el hecho de celebrarse, colocaría a la diplomacia española en primera línea, como ocurrió en 1991 con la Conferencia de Paz para Oriente Próximo en la etapa de Felipe González. Es el sueño de Zapatero, pero sobre todo de Moratinos. Lo que ocurre es que la situación está mucho más complicada por Irak y los actores más enfrentados con intereses energéticos entrecruzados. La diplomacia española, en el seno de la voluntariosa Unión Europea, trabaja como parte solidaria y colaboradora, siempre con la chequera preparada. La diplomacia norteamericana desplegará a su secretaria de Estado, Condolezza Rice, y de Defensa, Robert Gates, con el anuncio de la renovación por diez años de las ayudas económicas y militares a Israel, 22.000 millones de euros al año, y a Egipto, 950 millones de euros, también anuales. Además, el congreso ha aprobado una nueva venta de armas a los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico pero con voces críticas a la monarquía saudí por su papel ambiguo en Irak. El anuncio se va a realizar este lunes, un día antes de la llegada de Rice y se justifica, según un portavoz oficial porque «estamos atendiendo las necesidades de nuestros aliados en la zona frente al incremento de la influencia de Irán».

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