| Crónica | En busca de refugio |
«Dean» descarga su furia sobre el Caribe
Las islas de Santa Lucía y Martinica, en las Antillas Menores, se quedaron ayer sin electricidad y en estado de emergencia por el impacto de los vientos del huracán Dean , el primero de la temporada ciclónica del Atlántico, según organismos oficiales. El huracán, que el jueves alcanzó la categoría 2, con vientos máximos sostenidos de 160 kilómetros por hora, descargó su furia especialmente sobre Santa Lucía y Martinica. En la capital de Santa Lucía, Castries, por el momento, se desconoce la envergadura de los daños y si hay víctimas, aunque son visibles los árboles caídos y las calles cortadas. Los servicios de prevención de desastres de Santa Lucía reiteraron ayer a la población que se mantenga encerrada en sus casas hasta que haya pasado el huracán. Dawn French, directora de la Organización Nacional para la Gestión de Emergencias, pidió a los habitantes que permanezcan en alerta y adopten las medidas de seguridad necesarias para evitar una tragedia. Sin embargo, los refugios contra huracanes no se abrirán hasta que el meteoro se aleje dado que, dijo French, no ofrecen las condiciones de seguridad necesarias para albergar a las personas. Los dos únicos refugios fueron habilitados para acoger a «los mendigos y a los que no tiene techo», que contarán con la asistencia de la policía, añadió. La Prefectura de Martinica, por su parte, informó ayer a Efe de que algunas aldeas están inundadas y hay tejados desprendidos, árboles arrancados y barcos cuyos amarres se han roto, aunque agregó que se desconoce si hay víctimas mortales.