El «Dean» se convierte en tormenta y deja México sin causar estragos León planta cara al huracán

El huracán Dean se debilitó ayer a su paso sobre la península de Yucatán, en México, tras haber entrado en la madrugada en la destructiva categoría 5 en la escala de Saffir-Simpson, informó el Centro de Huracanes de Estados Unidos. El huracán tocó las costas mexicanas el martes de madrugada y fue perdiendo fuerza a medida que atravesaba la península. El huracán tocó tierra en el sur del estado de Quintana Roo a las 03.00 -10.00 hora peninsular española- y se dirigía a 32 kilómetros por hora con dirección al área de Veracruz. Se esperaba su salida al Golfo de México por la costa de Campeche .La ciudad de Chetumal, el mayor centro poblado cercano a la trayectoria de Dean , sufrió su embate desde la noche del lunes. «Me dio bastante miedo, el viento se escuchaba horrible y peor cuando golpeaban las ramas grandes en la casa», dijo Rosa Ramírez, de 16 años, que pasó la noche junto con 14 familiares en una pequeña casa. El huracán, que dejó 11 muertos a su paso por el Caribe, no produjo daños humanos en México. Tras una primera evaluación en la península mexicana de Yucatán indica que no ha causado ningún herido ni desgracias que lamentar entre los turistas españoles en la zona, dijeron ayer fuentes diplomáticas. «El balance tanto en Cancún como en la Riviera Maya es un saldo blanco, no hay ningún tipo de fallecido ni ninguna incidencia negativa o situación peligrosa. Nada», explicó la cónsul general de España en México, Pilar Terrén, que se encuentra en la zona. La diplomática se congratuló porque «los mecanismos de prevención han funcionado muy bien». Jaime, Noemí, Enrique y Laura, estos leoneses no sabían la sorpresa que les iba a deparar sus tan deseadas vacaciones. El pasado 17 de agosto tomaron un avión rumbo a la Riviera Maya con el objetivo de disfrutar unos días de playa, sol y diversión. Sin embargo, el sábado les informaron que un huracán se aproximaba. Rápidamente y ante el temor de la gravedad de la situación se pusieron en contacto con el representante de Soltur -compañía con la que realizaron el viaje-, y él les tranquilizó asegurando que no correrían ningún peligro. No obstante, optaron por trasladarse a Bahía Príncipe. «Me pareció una tontería que nos cambiaran porque nuestro hotel estaba casi en el Norte, donde el riesgo del huracán era menor y, por el contrario este nuevo complejo estaba al sur, en concreto a 100 kilómetros de Checumal, donde estuvo el ojo del huracán», explicó Jaime uno de los turistas leoneses. Por suerte, este complejo hotelero cuenta con unas instalaciones preparadas para los anticiclones. «Hemos sido afortunados porque otros turistas que estaban con nosotros les enviaron a uno refugios en Cancún. Por lo visto eran pequeñas habitaciones subterráneas donde han convivido durante horas más de 400 personas, con algún aseo y algún mendrugo de pan», añadió. Han sido muchos los turistas españoles los que han regresado por el temor el huracán. Estos leoneses ni por un segundo han pensado en volver. «El domingo alquilamos un coche y estuvimos de turismo. Muchas tiendas ya estaban cerradas con tablones de madera y las que estaban abiertas nos aseguraron que era el último día. Los mexicanos ya están muy acostumbrados a esta situación. Ante la llegada del huracán optaron por retirar las farolas y atar las palmeras», explicó Jaime. El pasado lunes, en torno a las 22.00 horas -martes en España- los leoneses tuvieron que encerrarse en la habitación ante la llegada del huracán. «En un principio estábamos un poco asustados porque incluso nos dieron víveres por si se repetía lo del huracán Wilma, que tras posar en tierra se mantuvo durante días. Por suerte no pasó nada. Cuando salimos de la habitación el pasillo estaba lleno de almohadas y picaportes, sin embargo, tan sólo el bloque más cercano a la costa se vio afectado por el aire y el agua», añadió Jaime. Por suerte, el huracán ya pasó y según las autoridades mexicanas el huracán bajará de categoría 5 a tres cuando pase Yucatán. Así que los cuatro leoneses, que ya están pensado en hacer alguna ruta turística incluso actividades acuáticas, podrán seguir disfrutando de sus mojitos bajo el sol mexicano, aunque con una brisa huracanada.