España pide una moratoria para la aplicación de la pena de muerte

Pese a que un total de 130 países han abolido la pena capital, a día de hoy alrededor de 25 naciones todavía siguen llevando ejecuciones dentro de sus fronteras, como es el caso de Estados Unidos. Por esta misma razón, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos hizo un fuerte llamamiento ayer para establecer una moratoria universal que suponga un paso importantísimo en el camino hacia la desaparición total de esta práctica condenada en muchas naciones occidentales. Moratinos, que intervino en el debate público de la 62 Asamblea General de Naciones Unidas, no dudó en afirmar que «la ejecución de un ser humano »nunca es un acto de justicia, sino de venganza y por lo tanto un fracaso de la administración de justicia«, al mismo tiempo que añadía que »el derecho a la vida «está íntimamente ligado a la dignidad de la persona y debe ser absolutamente inviolable». Durante la jornada de ayer, los ministros de Exteriores de Italia, Massimo D'Alema, y de Portugal, Luis Amado, presidieron una reunión ministerial cuyo principal objetivo residió en acumular apoyos a esta propuesta que permitiría la eliminación definitiva de este castigo. Para el jefe de la diplomacia española, este tipo de métodos «son un castigo cruel que legitima implícitamente el uso de la violencia». Por supuesto, según explicó el ministro español de Asuntos Exteriores, la opinión pública y la sociedad civil jugaron un papel decisivo durante el año pasado, cuando alrededor de 85 países apoyaron la abolición de la pena de muerte en una declaración que ya incluye un total de 95 estados. De hecho, Moratinos no dudó en reconocer que los progresos registrados hasta el momento «se deben en gran medida al impulso pionero de la sociedad civil». Eso sí, reconoció que «en algunos países la pena capital cuenta con el respaldo de la opinión pública» Es cierto que muchos gobiernos así como ciudadanos piensan que la erradicación de este castigo derivaría en un sensible aumento de la actividad criminal pero aún así, este castigo no debe ser considerado «un elemento disuasorio para prevenir el crimen», declaró el ministro. Durante el nuevo año de sesiones, inaugurado esta semana durante la 62 Asamblea General, los miembros de la ONU deberán llegar a firmar una resolución que obligue a todos los países miembros imponer una moratoria con el objetivo final de abolir la pena de muerte en un futuro no demasiado lejano. Resulta remarcable recordar que nuestro país suprimió de su marco penal de sentencias la pena capital en 1978. Para el ministro español, todos los países tienen el «deber ético» de lograr el éxito de esta iniciativa del ámbito legal que anima a la «evolución de mentalidades».